En el sistema de producción de Toyota hay una herramienta llamada SMED (acrónimo de Single Minute Exchange of Die) que se desarrolló hace más de 60 años, durante la década de los 50. Quien la conoce aunque sea de forma superficial puede decir que se trata de una herramienta centrada en la reducción de los tiempos de cambio o de preparación con el fin de mejorar la eficiencia de un proceso. En realidad, esta metodología es mucho más que esto: en los entornos industriales el SMED es una de las bases de la creación de flujo.
¿Qué es SMED?
El SMED nació cuando Shigeo Shingo dirigía un estudio de mejora de eficacia para Toyo Kogyo (Mazda). Con este estudio se pretendía eliminar los grandes cuellos de botella provocados por las prensas de moldeado de carrocerías.
Para reducir el impacto de estos cuellos de botella se estableció un procedimiento de preparación externa (preparación externa es aquella que se realiza mientras la máquina está trabajando, interna es cuando la máquina está parada). El procedimiento consistía en verificar que los pernos necesarios estaban listos para la siguiente preparación. Esto elevó la eficacia de las prensas alrededor del 50% y el cuello de botella desapareció. Con la aplicación sistemática de este procedimiento se reducía el impacto debido a las operaciones de preparación sobre el tiempo total de fabricación. Gracias a ello, cada vez se podían fabricar lotes más pequeños, ajustados a la demanda del cliente, por lo que se mejoraba la agilidad global del sistema y se reducían los inventarios. En definitiva, se mejoraba el flujo de materiales.
Con el tiempo, el SMED se ha aplicado a nuevos entornos (fuera de la industria) aportando igualmente grandes beneficios en todos los casos en los que se requiere cambiar rápidamente el estado de un proceso. Podemos pensar en el cambio de ruedas en las carreras de fórmula 1, la preparación de quirófanos de servicios de urgencias o los procesos de limpieza y mantenimiento de los aviones en el periodo de tránsito en un aeropuerto.
En todos los casos, la aplicación sistemática de los siguientes pasos nos ayudará a reducir los tiempos de cambio:
- Observar la preparación y medir la situación inicial.
- Pasar actividades internas a externas.
- Reducir el tiempo de las actividades internas
- Reducir el tiempo de las actividades externas.
- Estandarizar el nuevo procedimiento.
Después de entender los objetivos y el funcionamiento de la metodología SMED, decidí aplicarla en mi propia casa, donde el techo inclinado de la buhardilla me obligaba a instalar un armario de 1,5m de fondo si no quería perder la cabeza cada vez que intentaba abrir sus puertas.
La imagen muestra el resultado: un armario con un tabique que divide el fondo en dos mitades, donde se guarda en cada medio fondo la ropa de una temporada. En el momento necesario de cambio, se puede extraer fácilmente el armario para girarlo 180º y situar de esta manera, la mitad que vamos a utilizar en los próximos meses en la zona de fácil acceso.