Claves para la gestión del rendimiento

Uno de los propósitos más importantes en una empresa, es el de la obtención de un rendimiento adecuado a la inversión realizada. En términos financieros, este rendimiento, se denomina rentabilidad.


En definitiva, se trata de conocer qué resultado se obtiene (output) respecto a los recursos que se han utilizado (input). Si se traslada al mundo operacional de la empresa, en el amplio sentido de la palabra (producción, ventas, innovación, etc.), se hablará de rendimiento, en términos generales, y de productividad, en términos específicos. En definitiva, cuánto producto se ha conseguido, en función del gasto y consumo de recursos (materiales, mano de obra, energías, etc.).



Importancia de la Gestión del Rendimiento Empresarial.


Por tanto, la Gestión del Rendimiento Empresarial (Enterprise Performance Management) deviene una de las actividades más importantes; porque a pesar de que en Actio Consulting somos defensores de que “los procesos (de todo tipo) conducen a los resultados”, haremos bien en no olvidar a uno de los stakeholders más importantes, como lo es la propiedad de la compañía, que espera ser retribuida debidamente. Es una cuestión semántica, pero pienso que la acepción anglosajona (Performance Management) define mejor el asunto, porque tras el significado de performance, se ampara el posible resultado, pero también la actuación (el desempeño) que se lleva a cabo. Lo segundo lleva a lo primero.


En este punto, conviene recordar que “todas las organizaciones están perfectamente diseñadas, para obtener los resultados que consiguen”, como ha dicho David Hanna, Partner de HPO Global Alliance (HPO: High Performance Organizations = Organizaciones de Alto Rendimiento). Por lo que integrar en el Sistema de Management, la Gestión del Rendimiento, es imprescindible.


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El modelo HPO.


El sistema y modelo HPO (en definitiva, el estado final que se quiere conseguir en la organización), contempla la Gestión del Rendimiento como uno de los cinco pilares de la cultura corporativa, que ayuda de forma decidida a la consecución de unos resultados, dadas unas necesidades, y a través de las estrategias desarrolladas por la Dirección de la organización.



El proceso a seguir en la Gestión del Desempeño.


La Gestión del Rendimiento es un proceso a través del cual la Dirección y los Colaboradores de una organización, desarrollan su actividad en equipo para:


  • Planificar los objetivos y actividades
  • Ejecutarlos
  • Seguirlos
  • Comprobar que los resultados, sean los que se esperan.

Este ciclo descrito, encaja perfectamente con los ciclos PDCA (Plan, Do, Check, Act) y SDCA (Standardize, Do, Check, Act) y sus homólogos, desfasados en el tiempo y en el contexto en el que nos encontremos, CAPD y CASD.



El sistema de gestión.


En este punto, debemos pensar cómo debe ser el sistema de gestión, para que el esfuerzo de las personas involucradas en la organización, se convierta en un resultado adecuado, para todas las partes interesadas, y principalmente, para los Clientes, los Empleados y la Propiedad.


Este sistema de Gestión del Rendimiento, dentro del ámbito HPO, consigue unos resultados superiores a los de sus competidores y pares, sostenibles en el tiempo, a través de la maximización de la involucración y del compromiso de todas las personas de la organización.


El primer paso es conseguir que todos los miembros de la empresa conozcan de primera mano (es decir, estén bien informados en tiempo y forma), sobre todo aquello que la Dirección de la empresa quiere obtener (top-down).


Dinámicas Hoshin Kanri.


No existe mejor método que el de la utilización de la Dirección por Objetivos, que se despliega por medio de las dinámicas Hoshin Kanri, que propician, en una segunda etapa, que la base de la organización consiga una perfecta Gestión del Rendimiento, que satisfaga las necesidades y estrategias de la compañía (bottom-up).


De esta manera, todas las partes de la organización están concernidas, involucradas y responsabilizadas con lo que hay que desempeñar, y la toma de decisiones correspondiente, para conseguir los resultados necesarios. Todo será mucho más eficiente. Sin comunicación, compromiso y determinación, no se consiguen los resultados que se esperan de la Gestión del Rendimiento.



Factores fundamentales en la Gestión del Rendimiento.


En el momento de establecer la Gestión de Rendimiento, dentro de un sistema HPO, debe pensarse que se ha de disponer de tres factores fundamentales: conocimiento, tiempo y recursos, acompañados y apoyados, siempre y en todo caso, por el compromiso de la Dirección de la organización.


El primero, conocimiento, para saber el qué y el cómo se debe implantar. El segundo factor, tiempo, para comprender que el mismo es la variable independiente del problema y que, a pesar de ser un proceso rápido, el consumo de tiempo será ineludible para conseguir la maduración y la apropiación (ownership) del proceso, por parte de las personas involucradas. Y, en tercer lugar, los recursos, principalmente las personas, desarrolladores de las acciones a implantar y consumidores del tiempo de las propias actividades.



Management y objetivos.


Independientemente de la organización (industria, retail, hospitales, hoteles, bancos, etc.), o área de la misma (producción, marketing, ventas, finanzas, RRHH, etc.) de la que se trate, la Gestión del Rendimiento, de las Organizaciones de Alto Rendimiento, precisan de métodos ágiles y fiables que permitan la toma de decisiones, la comunicación, la ejecución, el despliegue y la revisión, con gran rapidez, dado el mundo y el momento histórico en el que nos encontramos, donde el entorno VUCA (acrónimo inglés de las palabras: Volátil; Incierto; Complejo; Ambiguo), nos conduce a un management cada vez más sofisticado, con unos objetivos, cada vez más SMART (del inglés: Específicos; Medibles; Alcanzables; Relevantes; Temporizados).



La utilización de Kpi’s.


Por otra parte, la utilización de KPIs (Key Performance Indicators) se convierte en una necesidad imperiosa en la Gestión del Rendimiento, para monitorizar los resultados que se están obteniendo, respecto a los objetivos planteados. Huyendo de Cuadros de Mando “interminables e indigeribles” y en muchas ocasiones, sin sentido. Hay que recordar a Gracián, cuando decía “lo bueno si breve, dos veces bueno”. Por tanto, pocos indicadores, pero selectos y elocuentes.


Nada más en esta presente entrada. Solo cabe revisar cuál es el rendimiento de la empresa u organización en la que se encuentre, y reflexionar si las dinámicas de Gestión del Rendimiento que se utilizan son las más adecuadas. A partir de ahí, y en base a la conclusión extraída, actuar con decisión. Porque los Directivos de las empresas también deben tener en su “cuaderno de trabajo”, su propia Gestión del Rendimiento.



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