Derribando las murallas de la escasez empresarial.

La evolución de la competencia empresarial

En el siglo XIII las tropas de un imperio Mongol en fase de expansión entraban en el continente europeo con el ánimo de conquistar nuevos territorios. Más de ciento cincuenta mil soldados agrupados en tres frentes avanzaban sumando victoria tras victoria.

En su camino no existía ningún ejército capaz de parar el avance de los mongoles, de modo que derrotarlos era completamente impensable. La única fuerza capaz de detener el avance de los ejércitos conquistadores era el Danubio. Cuando llegaron al río, se encontraron sin medios ni recursos para cruzar la imponente franja de agua de más de 400m de ancho. Entre el mes de abril de 1241 y hasta enero de 1242 los ejércitos mongoles detuvieron su avance, incapaces de cruzar el río.

Durante este breve lapso de tiempo, los ejércitos locales respiraron aliviados pensando que las murallas y los fosos que habían construido sumados a las barreras naturales que rodeaban la ciudad les mantenían a salvo. Pero llegó el invierno. Casualmente, el invierno de este año fue especialmente crudo hasta el extremo que el Danubio quedó totalmente helado facilitando el avance de los ejércitos enemigos.

En cuestión de días, la barrera natural que protegía a la ciudad de sus agresores se desvaneció y la ciudad sucumbió finalmente al ataque de los ejércitos mongoles.

Este caso histórico ilustra una mentalidad y una forma de actuar propia de entornos dominadas por la escasez de recursos.

A lo largo de los siglos, las diferentes sociedades hemos dedicado todos nuestros esfuerzos a construir fosos y murallas destinadas a proteger nuestros bienes escasos evitando que nuestros enemigos no los arrebataran.

Como ocurre en este caso:

Muchas veces aquellas murallas que consideramos más robustas son el punto débil que determina nuestra derrota.

La transición de la escasez a la abundancia

El paradigma de la escasez nos ha acompañado a lo largo de toda la historia hasta finales del siglo XX. Las industrias del siglo pasado, del mismo modo que habían hecho nuestros antepasados protegiendo sus pueblos, trataban de defender sus mercados construyendo barreras que les protegieran de la competencia.

Todavía hoy, en la gran mayoría de industrias tradicionales se sigue hablando de las famosas barreras de entrada de cada sector, pensando que por sí solas constituyen una muralla robusta que repelerá todo ataque de la competencia.

Sin embargo, a lo largo de las últimas dos décadas, la tecnología ha avanzado de manera sustancial, reduciendo significativamente los costes de productos y aumentando la disponibilidad de recursos, hasta el punto que muchos sectores que funcionaban bajo un paradigma de la escasez han cambiado a un paradigma basado en la abundancia.

El sector de la fotografía es uno de estos casos que ha sufrido un cambio de paradigma: A lo largo del siglo XX el funcionamiento del sector se sustentaba en el paradigma de la escasez. Cada fotografía tenía un coste sustancial de modo que tanto el fotógrafo profesional como el aficionado debía seleccionar con cautela cuándo apretar el disparador. Alrededor de este paradigma de escasez se creó toda una industria destinada a comercializar cursos de fotografía, manuales, coleccionables, etc. Todo ello con el objetivo de ayudar al fotógrafo a conseguir buenas imágenes a un mínimo coste.

A lo largo de las últimas décadas, el paradigma de funcionamiento del sector ha evolucionado de la escasez a un paradigma de abundancia. A día de hoy, el coste de una fotografía es prácticamente nulo y las compañías que dominan el sector ya no son los fabricantes de cámaras fotográficas o carretes, sino que son las plataformas como Instagram. Bajo este nuevo contexto de la abundancia, estas plataformas instan al usuario que haga cuantas más fotografías, mejor.

Este ejemplo de cambio de paradigma del sector de la fotografía se está produciendo en muchos otros sectores. En cada caso el cambio de modelo viene acompañado por una u otra tecnología que ha evolucionado de manera disruptiva. En el caso de la fotografía, el cambio se ha producido gracias a la entrada de la digitalización: una disrupción tecnológica que ha cambiado radicalmente el sector.

Un mundo dominado por la abundancia

Los cambios de modelo como el de la industria fotográfica serán cada vez más habituales. En la medida que se vayan produciendo estas disrupciones tecnológicas, las murallas que en el modelo anterior protegían un negocio determinado se desvanecerán.

Cuando el paradigma de funcionamiento del sector cambia, no existen murallas lo bastante altas ni robustas que puedan proteger el negocio: todos los actores vuelven a la línea de salida, un nuevo punto inicial en el cual empieza una nueva competición.

Del mismo modo que les sucedió a los ejércitos mongoles cuando bajaron las temperaturas y el río Danubio quedó completamente helado, un cambio en el paradigma elimina la efectividad de las murallas creadas bajo el paradigma anterior. Porque como dijo Sun Tzu en el arte de la guerra:

«Incluso la mejor espada si se deja sumergida en agua salada finalmente se oxidará»

Por ello, alzar murallas en nuestras organizaciones ante las disrupciones tecnológicas y la transformación digital no tiene ningún sentido. Las atravesarán. En cambio, es fundamental crear los cimientos de una organización abierta al mundo, ágil, valiente, capaz de crecer incorporando la tecnología y la innovación exponencial para alcanzar la victoria.

Màrius Gil

Director de Proyectos Actio Global

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