Cada año, cuando llegan estas fechas, parece que todas las empresas enloquecen porque se acerca el período vacacional (de verano, en el hemisferio norte).
El fenómeno se repite, aunque con menor intensidad, a la finalización del año natural. Es cierto que necesitamos ir cerrando etapas, ir teniendo hitos en el camino. Pero en este caso se agudiza el asunto. Debe ser el cansancio acumulado, unido al deseo irrefrenable de vacacionar. Pero hay un pequeño detalle que olvidamos, y es que tras los días de asueto, la vida continúa. Después de vacaciones, el mundo sigue girando. Y la empresa, con sus bondades y sus miserias, también.
No se acaba el mundo en vacaciones
Fue Fray Luís de León, según cuentan las crónicas, quién hizo fortuna con la famosa frase: “Como decíamos ayer…”, su mensaje era de normalidad, de continuidad, no de interrupción y sobresalto. Esta filosofía de vida, la de la constante interrupción es el paradigma que lleva a muchas empresas a vivir en un enorme muda. EL factor más pernicioso que pueda haber para una empresa es el de la no fluidez, porque ello no solo afecta a los stocks, lo cual es público y notorio, sino que influye en todas las relaciones que realizamos: no fluye la información, no fluye la comunicación, no fluyen las ideas, todo es (permitidme la expresión) un “coitus interruptus empresarial”.
Las empresas (que las hay) que trabajan concienzudamente en la mejora de sus flujos, “olvidándose” de todo tipo de “lotificación”, son las que mejores resultados obtienen hoy en día. Una empresa en la que no se comprenden sus flujos, es una empresa ineficiente, y aunque trabaje en un mercado o sector poco competitivo, hará bien en esforzarse para fluir, porque como ya nos dejo dicho otro sabio, en este caso Heráclito, en una frase tan breve como concisa (es decir, exenta de muda): “Todo fluye”. Iniciemos nuestros últimos días de trabajo (para quien sea así) con el espíritu y la actitud de que el mundo sigue, que “the show must go on”, que la vida como la mejora es continua, y con toda seguridad, nos liberaremos del maldito estrés pre vacacional, del que nadie habla, pero que también existe.