La realidad del momento.
En el mundo actual en el que vivimos, las organizaciones, tal y como las conocemos hoy, no existirán.
La realidad de ahora es que aún perviven estructuras jerárquicas en las que hay figuras que usan su poder para hacer micromanagement con los equipos, mientras son incapaces de realizar sus verdaderas funciones de mánager.
Este escenario cambiará completamente en un mundo de cambio exponencial, mucho más digital y conectado donde los equipos auto-organizados (a veces conocidos como Squads y Tribus) estarán 100% orientados a cliente y podrán coordinarse y alinearse de manera digital siendo, a la vez, mucho más efectivos y eficaces que en la realidad actual.
Entre los dos escenarios planteados, el actual y el de futuro, existe un GAP que una correcta interpretación e implementación de los principios de Agile puede solventar.
¿Cómo cambiará la función los líderes y equipos?
La cuestión clave es la siguiente: si ahora algunos mánager necesitan definir el cómo para sentir que dirigen, ¿qué sucede en una organización que desarrolla la autoorganización y autosuficiencia de sus equipos?
El papel de los mánager cambia de forma radical y disruptiva.
No hace falta adulterarlo: es así y nuestra experiencia en todo tipo de organizaciones nos permite decirlo alto y claro. Si bien ahora la relación está marcada por una relación jerárquica, el mánager del futuro en una organización Agile, ejercerá, desde una posición de guía, desarrollador y coach de sus equipos.
El mánager en el futuro de cambio exponencial en el que nos adentramos, dejará de ejercer la función de poder actual, para pasar a ser un guía, un desarrollador y mentor de equipos y personas.
Esto significa que los líderes deberán desarrollar sus capacidades y competencias, que deberán estar mucho más basadas en desarrollar los sistemas de trabajo y organizativos, que en habilidades de mando y control.
Este hecho puede suponer una crisis para muchos mánager actuales que, en un primer momento, pensarán que estos escenarios de futuro son profecias sin posibilidad de cumplirse.
Pero, poco a poco, toda organización se irá transformando hasta lograr el nivel de autoorganización buscado y será entonces cuando estos mismos se den cuenta que el mundo cambió mientras ellos lo contemplaban de lejos.
Los equipos autoorganizados en una organización Agile, son aquellos capaces de priorizar y gestionar sus tareas para alcanzar los objetivos que reflejan la satisfacción de sus clientes.
La nueva organización Agile de Alto Rendimiento
La realidad sobre la que muchas organizaciones están empezando a virar, como ya lo hicieron Haier, Toyota o P&G o como ya nacieron en su origen Spotify o Netflix, es una realidad en la que son los equipos autoorganizados los que velan por sus resultados y objetivos mediante sistemas organizativos efectivos, pero sobre todo, mediante sistemas organizativos que se renuevan continuamente.
Ninguna de estas organizaciones basan su desarrollo en sistemas o marcos estáticos como SAFe, Scrum, o Kanban sino en sistemas dinámicos desarrollados por ellos y para ellos.
De la misma forma, en una organización Agile, ya no son necesarios los mánager del micromanagement porque son los mismos SQUADS los que priorizan su día a día, para orientar la creación de valor hacia el performance esperado por cada cliente. Indicadores que, por cierto, también tendrán un sentido diferente, pasando de los KPI’s de MBO a los OKR’s de Agile.
Es la disrupción de la burocracia para dar lugar a una nueva forma de organización en red basada a la auto-motivación, la auto-organización y la auto-suficiencia.
En este sentido, una Transformación Agile revoluciona la forma en la que los equipos, o SQUADS, se relacionan entre ellos y ellos mismos con la organización.
Más allá de emplear alguna pizarra y varios post-its:
Una Transformación Agile define una organización radicalmente diferente donde los equipos se integran, se relacionan y se conectan uno a uno con sus clientes.