Es bien conocido el lema olímpico: «Altius, Citius, Fortius» (Más alto; Más rápido; Más fuerte), como representación de lo que los atletas que participan en los Juegos Olímpicos deben intentar conseguir.
Uno de los sellos diferenciales del Lean Manufacturing, en particular, y del Lean Management, en general, es el de la creación de flujo. Como ya es bien sabido, esta acción es el cuarto principio de los cinco que configuran el pensamiento lean, y uno de los que diferencian de manera clara, lo que representa la esencia del «Toyota Production System» y su pilar del «just-in-time«.
Este principio es de vital importancia, porque si somos capaces de generar flujo en las operaciones, la eficiencia de las mismas se elevará de manera exponencial, y la mayoría del muda que hay en la empresa, desaparecerá «como por arte de magia».
El inconveniente que se encuentra es que este precepto choca contra el conocimiento y el paradigma tradicional del mundo de la empresa, y el establishment y el statu quo de empresas y de profesionales. Una lucha titánica y descompensada con todo ello. Casi nada…
Las 3D del flujo.
Cuando tenemos que definir de qué se trata la creación de flujo, se me ocurre que lo que debemos plantear y
materializar, son las siguientes “tres dimensiones”: las 3D del Flujo. Si se consiguen entender, si se obtiene su implantación, si se materializa su continuidad, se estará muy cerca de la excelencia operacional, de la perfección lean. Veamos:
- El tamaño del lote con el que compramos o fabricamos, cuanto más pequeño sea, mejor. El ADN humano y empresarial nos «exige» fabricar y comprar de acuerdo a las economías de escala, basado en la falacia de que se minimizan los (únicos) costes de las operaciones que saben ver (aunque no vayan en consonancia con la demanda que tenemos en la empresa), despreciando aquellos que no observan, porque no están entrenados para hacerlo.
- Las operaciones cuanto más próximas, mejor. La cercanía de las diferentes operaciones que se llevan a cabo a través de los diversos procesos, en sentido del flujo aguas abajo, por contra de la «ancestral» ordenación por funcionalidades de las instalaciones industriales. Secciones vs. Value Streams.
- El desarrollo de las operaciones cuánto más ágil y rápido, mejor. Aunque sea evidente que debamos adaptar nuestro ritmo al que nos marque el takt-time, la velocidad (ajustada) a aquello que nos hace falta, es uno de los mayores valores competitivos.
Dicho esto, se me ocurre que refrendando el eslogan olímpico del inicio, podríamos decir que nuestro nuevo Lean Motto, podría ser: «Minus, Maxime, Citius» (Más pequeño; Más cercano; Más rápido). Si nos lo creemos, lo divulgamos y lo aplicamos, podremos colgarnos la medalla de oro de nuestra particular competición «olímpico-empresarial».