Cuando queremos introducir el concepto de creación de flujo en nuestro sistema productivo, con el propósito de acercarnos al sistema de flujo tirado, o «Pull Flow System«, existen una serie de principios que deben conducirnos a la implantación de los diferentes elementos que lo configuran: kanban, supermercado, secuenciador, etc.
En la imagen que acompaña a este post, hemos querido resumir de manera sintética aquello que pensamos que debería hacerse como norma en el proceso citado.

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- Lo primero a realizar, nivelar la producción, el heijunka de los japoneses.
- Es decir, fabricar en la cantidad más homogénea y semejante a la de los pedidos que recibimos en nuestras empresas.
- En definitiva, no lotificar. Ello nos evitará sobreproducir, llenar los almacenes de productos no necesarios, y además nos proveerá de una cantidad «exacta» con respecto a lo que quiere el cliente.
- El concepto one-piece-flow, sería la máxima expresión del nivelado, o alisado, de la producción. Concretamente el nivel nº 5.
- A continuación, una vez tengamos claro cuál sera nuestro módulo de nivelado, actuar en todas y cada una de las operaciones.
- Con la finalidad de intentar que todas ellas sean a su vez homogéneas con respecto a las demás, para conseguir que los contenidos de trabajo sean similares, lo que nos llevará a uno de los preceptos básicos de la generación de flujo, equilibrar la producción.
- Allí donde no lo podamos obtener, por el estado del arte actual, interpondremos un supermercado (basado siempre en la capacidad de oferta) que desacople los ritmos de las dos operaciones, objeto de análisis.
- Seguidamente, nos dedicaremos a sincronizar la producción.
- El objetivo será el de ser lo más eficaces posible en la encadenación de las diferentes operaciones, independientemente de la propia eficiencia de la operación en sí, que ya habremos tratado en el apartado anterior.
- Recordemos que la gestión de las operaciones es más un tema de colaboración y de sincronía entre las partes.
- Para acabar, nos iremos a nuestro estimado kaizen, para ajustar el ciclo PFS.
- De todo lo realizado anteriormente, debemos aprender para extraer conclusiones que nos permitan mejorar el trabajo realizado, ajustándolo cada vez más, si cabe, en la búsqueda del «santo grial» del PFS, que no es otro que llegar a hacer lo que quiere el cliente: ni más ni menos; ni antes ni después.
Simplemente just in time!