Una pregunta muy común que se suele escuchar es, «¿realmente todos los practicantes de Lean ejecutan lo que enseñan?» En mi caso, la mayoría de las veces podría contestar afirmativamente. ¡Sí, sí y sí! Y cualquiera que me conozca puede corroborarlo. Para mí, personalmente, dar ejemplo sobre la práctica de Lean no es lo que hago como coach o influencer, o en mi vida laboral; es algo que aplico a mi vida privada. Supongo que de alguna forma es lo que soy y lo aplico en todas las facetas de mi vida.
Si voy a plantarme delante de otras personas y discutir con ellos cuál es la forma en que, Lean – esta manera de actuar y pensar – puede ayudar a las personas a mejorar sus vidas, cualquiera podría preguntarse: ¿cómo de fiable es esta persona que está haciendo lo contrario a lo que predica? Como por ejemplo, un médico que fuma, pero te informa de los daños que esto supone para tu salud y te aconseja dejarlo. Te dice que debes dejar de fumar pero después le ves fumando. Yo trato de minimizar estas discrepancias y contradicciones entre lo que digo y lo que hago.
Supongo que muchos pensarán, bien, pero, ¿en qué grado aplicas estos aprendizajes fuera del trabajo? Y, ¿alguna vez has flaqueado? Por supuesto, nadie es perfecto, e incluso los mejores de nosotros tenemos momentos débiles. Pero, es el hecho de reconocerlo y ser consciente de que cada elección tiene sus propias consecuencias – frente ser inconscientes y crear malos hábitos, que algunos probablemente van a mimetizar – lo que marca la diferencia. De no ser así, si actuamos inconscientemente nuestras acciones no generarán buenos resultados y lo único que conseguiremos será dar un mal ejemplo a las personas que dependen y conviven con nosotros.
Nótese la similaridad entre nuestros trabajos y nuestras vidas privadas. Las acciones de un@ líder o influencer en una organización Lean frente a las acciones de un adulto, pongamos un padre de familia, o cualquier ídolo o role model para otros, puede ejercer la misma función de ejemplificación. Por ello hay que intentar siempre predicar con el ejemplo.
Me considero a mí misma, en muchas formas, como una persona formada y desarrollada en Toyota. Tenía solo 18 años cuando fui contratada por Toyota para convertirme en personal de producción Lean. Así que, fue introducida en esta filosofía a una edad muy temprana cuando aún era muy impresionable y tenía unas nociones mínimas.
Ahora, ¿es esto un pre-requisito necesario para tener éxito y desarrollarte en esta forma de pensar? Por supuesto que no, pero como alguno diría: «¡Adiós a lo viejo y bienvenido lo nuevo!» Hay que saber adaptar los aprendizajes que vamos adquiriendo.
Habiendo aprendido de mis tutores japoneses, a lo largo de los años me he dado cuenta de que algunos de los aprendizajes que interioricé en mi trabajo se han transmitido también a mi vida privada desde una edad temprana. Mientras aprendía me di cuenta de que había un propósito detrás de lo que inicialmente parecía una «locura» y se fue convirtiendo en algo extremadamente contagioso en mi vida.
Pero en aquel momento estaba aprendiendo y Lean se convirtió en algo extremadamente contagioso. Aprendimos a ver el desperdicio en forma de movimientos, horas, minutos y segundos, espacio, dólares, y costes. Una vez que aprendes a verlo todo desde esta óptica, no hay límites. Después, por defecto, aprendes a ver las anomalías allá donde vas. Puede que sea en lugares como: tiendas y supermercados, clínicas médica, aerolíneas, sistemas de tráfico, restaurantes de comida rápida, servicios del hogar, lavaderos de coches o servicios mecánicos para nuestros vehículos.




Estoy seguro de que cada uno de vosotros ha experimentado esto en alguna u otra ocasión y han hecho el siguiente comentario: si yo dirigiese este negocio, haría las cosas de forma totalmente diferente. Hablamos de un proceso diseñado para producir un resultado y queremos que el resultado sea lo más eficiente posible, ¿cierto? Porque cuando nos situamos fuera de nuestro propio proceso, es algo que podemos detectar con mucha facilidad.
Cuando estamos alejados de nuestro proceso productivo lo vemos todo muy claro – desde fuera. Lo difícil es hacerlo in-situ.
Cuando aprendemos a ver el mundo de esta forma las acciones se tornan más mecánicas y los pequeños detalles afloran a la superficie. Puede que trates de comenzar a organizar tu tiempo e intentar hacer más con menos. De forma inconsciente comenzamos a probar rutinas de trabajo y atajos que, a menudo, se convierten en «retrabajo» cuando no somos capaces de dar solución al problema.
Por ejemplo, tomar un camino alternativo a casa, solo para evitar tener que parar en los semáforos. ¿Cuántos de nosotros lo hemos hecho alguna vez? Y, ¿resultó ser eficaz? ¿Cómo lo sabríamos?
Muchos pensamos que, si nos estamos moviendo, estamos progresando. Pero en realidad, el camino más largo nunca es el más rápido.
Es algo en lo que pensar, ¿verdad?
Como he aprendido siendo influencer/coach, el tiempo es valioso. Especialmente el tiempo en casa. Cuanto más eficiente sea capaz de vivir mi vida, las probabilidades de incrementar mi valor añadido aumentarán. Si adopto estándares y rutinas Lean para minimizar el desperdicio de tiempo, tendré más tiempo para mis clientes y mi familia.
Mi marido, Ernie, y yo, ambos, trabajamos en Toyota desde que éramos muy jóvenes por lo que todos esos aprendizajes se han convertido en una forma de vida para nosotros. Precisamente porque hemos experimentado los beneficios que conlleva en nuestra vida profesional y personal. Los dos fuimos entrenados a pensar diferente y eso condiciona como somos como personas y, con suerte, podrá inspirar a otros a hacer lo mismo, viendo como esto ha mejorado nuestras vidas.
Es difícil para mí compartir todos los aspectos en los que aplicamos esta forma de actuar a nuestra vida diaria, pero haré un esfuerzo para poner algunos ejemplos de cómo «hacemos este camino al andar».
A continuación, expongo algunos de los ejemplos de cómo aplicamos esta forma de pensar a nuestro día a día:
- Todos nuestros archivos personales (y de trabajo) están perfectamente etiquetados
- Todos nuestros materiales de trabajo están archivados en carpetas y clasificados por temática
- Practicamos las 5S de múltiples formas: en nuestro garaje, casa y gimnasio (usamos paneles de herramientas y controles visuales y mantenemos los objetos necesarios fuera de alcance para aprovechar el espacio)
- Tengo una lista de verificación de más de 50 objetos personales que necesito para cuando voy de viaje para tenerlo todo preparado antes de reunirme con un cliente
- Mi maletín de trabajo tiene un método de organización y cada compartimento está especialmente dedicado a algún tipo de cosas (y que por supuesto coincide con mi lista de verificación)
- Tenemos una especie de sistema kanban en casa para cuando tenemos que hacer la compra para evitar quedarnos sin cosas y tenemos extra-tips para ello
- Tenemos poke-yokes para aparcar específicamente en un lugar en nuestro propio garaje
- Etiquetamos los cajones de los calcetines por color y tipo, talla y en base a si son derechos e izquierdos, ya que nos entrenaron a hacerlo así cuando trabajamos en Toyota
- Sistemas PM en objetos esenciales que requieren un extra de atención (artículos electrónicos, electrodomésticos, artículos para el hogar, etc…)
Esperamos que esto pueda clarificar la pregunta inicial sobre si los líderes Lean practicamos lo que predicamos. ¡Por supuesto que sí! No porque tengamos que hacerlo, sino porque nos gustaría exponer sus beneficios. Recogemos lo que sembramos y nos gusta practicar la cultura de valor añadido. Probadlo pero ..tened cuidado. ¡Es contagioso! Como mis mentores solían decir, (y es la última frase de nuestro libro La Ecuación de Compromiso de Toyota), ¡comienza a pensar!
SOBRE EL AUTOR
Tracey Richardson, Toyota TMMK Alumni, Shingo Publication Award winner, Author of «The Toyota Engagement Equation», Sharer of wisdom.
Concierta una videollamada en el horario que mejor te convenga.
CONTACTAR