En perfecta sincronización con Agile, Lean startup y las prácticas de las organizaciones exponenciales, se erige como la columna vertebral de las organizaciones de alto rendimiento para conseguir máxima agilidad, competitividad, capacidad de respuesta y adaptabilidad, y hacer así frente a las condiciones cambiantes de los mercados y los consumidores. Su éxito depende principalmente de cómo todos los niveles de la organización, desde la dirección hasta la primera línea, mejoran, cada día, su forma de pensar, actuar e innovar, para poner al cliente en el centro y eliminar todos los despilfarros organizativos por los que el cliente no está dispuesto a pagar.