Trabajo en organizaciones pequeñas
Dicen los expertos en la materia; que cada vez es más habitual que las personas que trabajan, prefieran hacerlo en organizaciones pequeñas. Encuestas realizadas en lugares emblemáticos como Palo Alto, California, meca de las empresas tecnológicas más punteras, así lo manifiestan. En definitiva que el paradigma de empresa grande y segura para toda la vida se está desmoronando», o cambiando a gran velocidad, si somos más benévolos. Y ello viene dado por los grandes cambios que se operan en las grandes corporaciones y por las diferentes maneras de trabajar que se estableciendo en las organizaciones.
Mover un enorme «paquidermo» es tremendamente difícil, por lo que está triunfando el modelo en el cual un número pequeño de personas interactúan de manera directa y, digamos, fácil.
Según comenta Domenico di Siena, experto en gestión del conocimiento, la «adhocracia» es una forma de organización laboral que consiste en que «las personas se encuentren bien haciendo cosas juntas y con suficiente capacidad de organizarse en proyectos, por sí mismos».
En definitiva un modelo muy distanciado del modelo burocrático que impera todavía en muchas empresas.
Como es obvio pensar, en el Diccionario de la Real Academia Española, todavía no han adoptado el concepto «adhocracia», aunque esté configurado por la unión de dos términos que sí que aparecen en el diccionario, como lo son «ad hoc»: literalmente, «para esto», es decir, para referirse a lo que se dice o hace solo para un fin determinado; y el sufijo «-cracia», que define o indica dominio o poder. Por tanto, por «adhocracia» entenderemos, según su semántica «el poder de hacer cosas concretas con una finalidad determinada», evitando hacer cosas excesivamente grandes, inabarcables y con ausencia de la participación global de las personas.
Adhocracia en Mejora Continua
Si lo trasladamos al modelo que utilizamos en nuestras actividades habituales de Mejora Continua, lo que denominamos «taller», o «workshop», o «evento kaizen», cumple con las definiciones de «adhocracia» que acabamos de hacer.
Veamos cuáles es la esencia de un régimen «adhocrático», resumida en cinco valores inherentes a esta manera de trabajar:
- Trabajo en equipos diversos y compactos: representativos de todo el universo de la organización en la que se esté desarrollando el trabajo, en forma de empresas, divisiones, áreas, departamentos o secciones.
- Participación intensiva de las personas: como contraposición del «ordeno y mando», más en línea con la «Teoría X» que con la «Teoría Z«. Cualquier aportación de una persona es válida y debe promoverse que puedan expresarse libremente.
- Alcance y perímetro muy bien delimitados: por aquello de que lo «paquidérmico» solo puede conducir al despilfarro de recursos y energías. Podemos atacar un gran proyecto, en pequeñas porciones, según dicta la «adhocracia».
- Objetivos muy concretos, con la filosofía MARTE, en español, y SMART, en inglés: objetivos Medibles, Alcanzables, Relevantes, Temporizados y Específicos. Todo ello, con el fin de no dispersarse en metas desesperanzadoras e inasumibles.
- Visualización de resultados: con el propósito de que los miembros del equipo deben tener suficiente responsabilidad y autoridad para transformar los objetivos en resultados tangibles. Es muy importante que los miembros de un equipo «adhocrático» conozcan qué resultados se han obtenido.
Nada más por hoy. Solo recodar que ya hace unos días que estamos en el siglo XXI y que debemos olvidarnos de maneras de gestionar y liderar anticuadas, por muy cómodos que nos encontremos en esa tesitura. Nuestra organización y nuestros sucesores, en este mundo que nos toca vivir, nos lo agradecerán. Seguro.