¿Cómo desplegar la mejora continua?

Despliegue de actividades
Uno de los temas más interesantes en las tareas estratégicas de la Mejora Continua es el del despliegue de las actividades en nuestra empresa. Lo que también conocemos como deployment plan.

El Deployment plan

Una vez la Dirección de la empresa tiene las suficientes dosis de conocimiento y fe (la habitual y necesaria mezcla de ciencia y creencia), para iniciar el apasionante viaje de la Mejora Continua, debe plantearse de inmediato cómo tendría que acometer el proceso sin fin que se les presenta por delante, y que ha de empezar siempre por el planteamiento y planeamiento del plan de despliegue de las actividades a realizar.

¿Qué factores hemos de tener en cuenta?

  1. Que el equipo directivo, no sólo el directivo de mayor rango, debe estar involucrado en el tema, con sus posibles escepticismos y quemazones de anteriores y fallidos intentos, pero con la mente puesta y dispuesta en lanzar el proceso. Mejora Continua con dirección clara y decidida.
  2. Que la Mejora Continua debe integrarse en las tareas del día a día. No puede ser algo pasajero y exótico, que cuando hay tiempo la hacemos y cuando no, la olvidamos. Mejora Continua como manera de vivir.
  3. Que todo el mundo en la empresa debe participar. Cuanta más gente excluyamos del tema, mayor será la no sostenibilidad del proceso y, por ende, mayor el fracaso. Mejora Continua con participación universal y democrática.
  4. Que toda la empresa (todos sus áreas, departamentos y secciones) son perímetro y objeto de trabajo en el despliegue. Mejora Continua con extensión global en la organización.

Y a partir de ahí, ¿cómo lo hacemos?

En este punto, debemos observar cuál es la posición de la empresa en el momento de acometer el proceso de Mejora Continua, y cuáles son los propósitos del mismo, además del que es evidente de mejorar la compañía.

Podemos optar por dos vías, y por una tercera combinación resultante de la mezcla de las dos anteriores:

  1. La «vía horizontal»: tomamos una de las dinámicas o herramientas y la desplegamos a lo largo de toda la organización. Por ejemplo, nos hacen falta unas 5S y las trabajamos a lo largo y ancho de toda la empresa, sin pasar a realizar ninguna otra actividad de cualquier tipo, hasta que el nivel de esa primera actividad sea satisfactorio.
    1. Ventaja: todo el mundo participa.
    2. Inconveniente: no vemos el potencial de otras herramientas quizás más necesarias.
  2. La «vía vertical»: nos centramos en un área concreta de la empresa y desplegamos todas y cada una de las herramientas que tenemos en nuestro sistema estándar de Mejora Continua, cual área piloto, y no pasamos a otra área hasta que no tenemos consolidado todo el sistema en el piloto realizado.
    1. Ventaja: observamos como se comporta la combinación de herramientas y sirve como efecto demostración (área piloto) para el resto de la empresa.
    2. Inconveniente: en función del tiempo invertido, una gran parte de la organización no se incorpora a realizar actividades en un tiempo quizá demasiado largo, con el peligro de la no integración en el proceso de Mejora Continua.
  3. La «vía mixta»: mezclamos las dos vías anteriores, con la debida segmentación de la empresa en módulos, en donde algunos de ellos, en función de la coyuntura, optan por la vía horizontal, y otros por la vertical.

Una vez establecida la estrategia del despliegue, viene la segunda parte no menos importante, la gestión del despliegue (el management de la Mejora Continua), es decir, la organización que acompañará al proceso de Mejora Continua. Pero eso lo dejaremos para un futuro post.

Continuará…

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