A principios de Octubre apareció la noticia de que los bomberos empezarán a cobrar por los rescates que realicen si se dan una serie de circunstancias como imprudencias, mala equipación, etc. Y los precios no estaban nada mal, la hora de cada agente está tasada en 30 euros; la de cada vehículo terrestre, en 39, y la de un avión o helicóptero, en 2.271.… en definitiva la broma puede ir entre 300 y 70.000 euros, según los medios empleados…
Desde mi punto de vista es una decisión acertada ya que en esta vida, no sé si sólo en nuestro país, hay la visión de que lo que es gratis no se aprecia y que existe el riesgo de no tenerlo en cuenta o no valorarlo ya que no significa ningún prejuicio para el que lo realiza. El delegado de Interior en Girona, Marc Vidal, admitió que la mayoría de los casos están justificados, pero criticó que algunas personas «confunden a los bomberos con el RACC y los llaman porque están cansadas». Impagable.
Muda del despilfarro
Frecuentemente nos encontramos en aplicaciones de Value Stream Mapping (VSM) o en la mejora de algunos procesos en los que se identifican Mudas (Despilfarros) que se realizan de manera frecuente en el proceso y que se plantea su solución.
En el 80% de los casos se soluciona la situación, se elimina o minimiza el muda, pero la organización no es capaz de medir qué se ha ahorrado ya que no es capaz de medir qué le costaba eso mismo. De hecho nunca se había tenido en cuenta. En el caso de estos rescates la Generalitat ya llevaba un año notificando, a título informativo, el coste total de las operaciones.
Esto mismo nos pasa con la facilidad que tenemos en nuestras empresas de disponer de los materiales y/o consumibles. Además de plantear el tema del hurto para consumo particular, clásico donde los haya hasta llegar a niveles insospechados y lamentables, también el exceso de stock, de inventario, genera una sensación de “abundancia” que nos lleva, inconscientemente, a no valorar el consumo del mismo.
En alguna de nuestras experiencias en Lean Service, en un Hospital se planteó la problemática de los materiales en los diferentes almacenes de las plantas y su difícil control. Podemos partir de listas con pedidos de reposición y hasta llegar a automatizarlo pero se detecta fácilmente que si tenemos la estantería llena de gasas o apósitos si nos llevamos 4 o 5 para hacer la cura no hay problema. En cambio, cuando sólo hay 2 o 3 unidades nos llevamos 1 e intentamos que no haga falta otra por temor a quedarnos sin o a la dificultad de la gestión posterior que puede llevar a procesos más engorrosos como ir a “coger prestado” de otras plantas.
Es de suponer que a la Generalitat sólo requirió el esfuerzo de asignar un precio a esos recursos que se “consumen” en un salvamento y dar el paso hacia delante de decidir cobrar por estos servicios que, al fin y al cabo, estamos pagando todos y que algunos “malgastan” con su imprudencia.
Estoy seguro que más de uno/a al ir a hacer excursiones, acampadas, montañismo, etc… pensará con un poco más de detenimiento las consecuencias que puede tener su actividad y si está suficientemente preparado, equipado, informado, etc.