«Si son más pequeños, que los vacíen antes», éstas son las palabras escritas por el lector Josep M. Martínez, en La Vanguardia, de Barcelona, como queja de que alguien se olvidó de calcular las medidas de los nuevos contenedores de la basura, cuando observa apenado que las basuras desbordan los nuevos ‘containers’, invadiendo el suelo que supuestamente íbamos a liberar. “Si tienen la mitad de capacidad que los anteriores, ¿los camiones de recogida pasarán el doble de veces a vaciarlos? Hoy no he podido dejar una bolsa llena de botellas de plástico…»
Creación del flujo necesario
Es evidente que los técnicos encargados del tema, han tenido una visión corta y estrecha de la problemática; sólo han visto una de las variables del asunto («vamos a mejorar la ocupación del espacio, a través de comprar miles de contenedores más pequeños»). Y eso puede estar bien, pero no observa la totalidad del problema. Hacen falta más acciones. Su visión ha sido estática. No han pensado que la recogida de residuos urbanos es un asunto dinámico, y que cada vez va a más, cada vez generamos más residuos. Existen otras variables a controlar, como lo son la cantidad y la creciente selección de residuos a almacenar, y la frecuencia y afluencia de los ciudadanos, cuando tienen que depositar sus basuras, vs la de los vehículos que se cuidan de su retirada.
Falta de información
Es evidente que a los técnicos no les han dado formación en ‘total flow management’. Porque de eso se trata de gestionar los flujos, en este caso de los residuos que se generan. En muchas empresas, desafortunadamente para ellas, sigue pasando lo mismo.
La creación de flujo es una de las asignaturas pendientes en las empresas. Nuestra demanda cada vez es más concreta, más reducida y más personalizada. Lo que requiere que adaptemos nuestros procesos a esa evidencia que tenemos delante, pero no basta con que reduzcamos nuestros tamaños de lote (los contenedores del principio de este ‘post’), sino que debemos ir más allá, siendo mucho más rápidos cambiando de formato, de serie, de lote (el vaciado de los contenedores del ejemplo); y aumentando decididamente la recogida de los productos realizados (aumentar la frecuencia de la recogida de residuos, lo que pide el ciudadano Martínez).
Nos queda mucho recorrido por realizar, pero sin duda, éste pasará porque seamos mucho más eficientes en la gestión de los flujos. De ello dependerà nuestra competitividad.