Hace una par de semanas coincidí en unas jornadas con unos profesionales del mundo del software, especializados en aplicaciones dirigidas al mundo de la empresa, y concretamente a sus áreas más operativas.
En la interesante conversación que mantuvimos, apareció un concepto digno de análisis, que no es otro que el que titula a este post: las «cuestiones socio-técnicas«. Y ello surgió porque en determinadas ocasiones, la parte más técnica de los procesos, está mediatizada por las «cuestiones sociales» ligadas a las primeras, que hacen que éstas no puedan desarrollarse con la brillantez y eficacia que se pretendía.
A remolque de está idea surgida, veamos qué grupos de «cuestiones sociales» pueden afectar a las «cuestiones técnicas». Las podríamos dividir en tres grandes grupos, que a su vez segmentaríamos en otros tantos apartados:
- Grupo «Personas«:
- Formación: sin un entrenamiento adecuado, concreto y sobre el terreno, para llevar a cabo las actividades que se precisan, no lograremos la efectiva implantación que necesitamos. Y ello requiere recursos, en forma de tiempo, que al final no deja de ser dinero.
- Motivación: la diferencia entre un equipo motivado y uno que no lo está, es la distancia que hay entre el éxito y el fracaso. La «fórmula mágica» es: la participación que conduce a la implicación, y ésta que nos lleva a la tan deseada motivación. Poca cosa más hay que decir.
- Liderazgo: lo anterior no se puede conseguir si no disponemos de los managers adecuados, no sólo desde el punto de vista técnico, sino desde el punto de vista de gestión. Personas que tengan la visión de por dónde hay que ir y que estén determinadas en la realización del viaje a emprender.
- Grupo «Organización«:
- Información: que todos los empleados de la empresa reciban la información adecuada, para realizar su cometido es un factor trascendental en el devenir de la empresa. A mayor (y mejor) información, mayor rendimiento de los equipos.
- Organigrama: tener organizaciones «sencillas», abunda en la facilidad de gestión. Tener organigramas «complejos» y estancos nos aleja de la necesaria transversalidad que se requiere en cualquier compañía.
- Trabajo en Equipo: imbuir del concepto equipo a un grupo de personas que configuran la empresa, es fundamental para una mejor coordinación y sincronización de las partes implicadas en cualquier actividad profesional.
- Grupo «Entorno«:
- Comunicación: establecer los canales que permitan interconectar a todos los actores y áreas de la organización, en todas las direcciones que permitan los 360º de la circunferencia (top-down, down-top, left-right, right-left) es básico para el enriquecimiento de la empresa.
- Retribución: es un factor necesario para el mejor «engrase» del sistema que, aunque no represente el 100% de la motivación de las personas para trabajar, ayuda una barbaridad a que éstas se encuentren más confortables
- Clima Laboral: y para finalizar, un concepto que está de moda desde hace años y que no hace más que calibrar cómo están los puntos citados anteriormente. La mejor medida que hay para el clima laboral, es que todas las tareas que hay que llevar a cabo en la compañía fluyan de manera idónea.
En definitiva, llegamos allí donde ya hemos arribado en muchas ocasiones: «la Mejora Continua es una cuestión de personas, y no de herramientas«. El humanware continuará siendo trascendental (por mucho tiempo) para el buen desarrollo de las actividades de nuestras empresas.
Y aunque tengamos la mejor de las ciencias y de las técnicas, si no contamos adecuadamente con el factor humano, no lograremos triunfar en nuestro propósito de hacer cada vez mejor a nuestra empresa, por lo que sin duda, las «cuestiones técnicas» se verán faltadas del apoyo preciso por parte de las «cuestiones sociales», y éstas harán que los proyectos técnicos no tengan el éxito esperado.