El nuevo cambio de paradigma: de la Experiencia a la Experimentación.

En el mundo actual, donde el producto o servicio que requiere el cliente cambia constantemente, donde la tecnología se convierte en nuestro mejor aliado y donde las organizaciones se rediseñan a toda la velocidad, se abre un debate muy interesante acerca de experiencia personal y profesional.

¿Tener mucha experiencia en un campo facilita la gestión de la organización? ¿No tener experiencia en nuestro sector de actividad favorece la generación de nuevas ideas? ¿La experiencia técnica que atesora un líder genera confianza en el equipo? ¿La experiencia es un motor de cambio o un freno en el progreso?

Algunos estudios sobre liderazgo dicen que:

Cuando comenzamos a identificarnos como expertos, nuestro campo de visión se reduce a nuestro campo de conocimiento.

Nos volvemos reacios a admitir errores y fallos, lo que dificulta nuestro desarrollo y nos distancia de aquellos que están ‘debajo’ de nosotros, haciendo más difícil ganarse su afecto y confianza.

Y puesto que la dinámica de nuestro negocio cambia, corremos el riesgo de ser ignorados o reemplazados por colegas en ascenso, personas con otras habilidades más orientadas en aprender cosas nuevas o incluso por algoritmos de inteligencia artificial que pueden realizar tareas de análisis más rápido y mejor que nosotros.

Con el tiempo, la misma experiencia que nos condujo a nuestro éxito puede hacernos sentir infelices, insatisfechos, y bloqueados.

Un artículo muy interesante publicado por Harvard Business Review me hizo reflexionar sobre la incidencia que la Experiencia tiene en las organizaciones.

En primer lugar, es importante saber de dónde venimos y a dónde vamos.

Históricamente las empresas han asociado la experiencia con una alta capacidad de desempeño y de liderazgo, seleccionando personas experimentadas para puestos clave de la organización.

Tener una carrera universitaria era prácticamente un salvoconducto para ingresar en el mercado laboral, reportando una fuente de ingresos estable durante prácticamente toda la vida profesional. Teníamos la vida resuelta…

Hoy en día esto no es así; carreras universitarias tan ansiadas en el pasado como la ingeniería requieren tan sólo de una nota mínima en la EBAU para poder ingresar porque las organizaciones no precisan de esos perfiles tan específicos.

Para los que tenemos ya una cierta edad esta situación nos resulta francamente sorprendente.

Sin entrar en el debate de acerca de la calidad de nuestro querido sistema educativo (eso da para varios posts) es muy relevante analizar la distancia que existe entre lo que necesitan los clientes y lo que aprenden nuestros jóvenes.

¿Qué ocurre entonces cuando las organizaciones necesitan de personal cualificado en un mundo tan cambiante donde no se conocen las respuestas ni tampoco las preguntas?

El artículo me hizo reflexionar sobre la incidencia que tiene la Experiencia en las organizaciones, dando algunas pistas de cómo convertir tu propia experiencia en una ventaja competitiva.

Concluye que la respuesta está en la manera que tienen los líderes más relevantes del momento en dirigir sus empresas. Líderes exponenciales que gobiernan con maestría las organizaciones Ágiles de Alto Rendimiento como son Amazon, Netflix, Google, Linkedin o Spotify entre otros.

Líderes que construyen organizaciones que aprenden, que buscan desarrollar capacidades a través de la experimentación constante, organizaciones que buscan comprender los motivos del fracaso y corrigen el rumbo rápidamente.

Líderes que desarrollan por encima de todo la capacidad de desaprender y aprender de nuevo, desde el posicionamiento que los budistas llaman la ‘mente del principiante’.

Para que la experiencia no se convierta en una losa para la organización, los líderes de estas organizaciones de Alto Rendimiento han desarrollado 7 rutinas que practican casi a diario y que sirven de autodiagnóstico:

1.- Conéctate a la tierra:

Si estás siempre reunido nunca sabrás lo que ocurre sobre el terreno.

Deshazte de tu bonito despacho y vive en el Gemba (en japonés: el lugar de donde se producen las cosas, donde están los verdaderos problemas).

Sé más humilde y cercano, y descubrirás las emociones que unen a los equipos. Ian Cook, anteriormente CEO de Colgate-Palmolive y ahora su presidente ejecutivo, se aseguró de visitar el vestuario de todas las plantas e instalaciones para descubrir lo que realmente estaba pasando.

Algunos ejecutivos aceptan renunciar a sus plazas de párking reservados y aparcar en la parte donde lo hacen los empleados.

2.- Desafía tu propia experiencia:

Los expertos se aferran a sus creencias en general porque sus egos están unidos a ser «inteligente» o «el mejor» en su campo de acción.

Para romper este patrón, hay que deshacerse de esa relación, cultivando más la modestia y recordándose a uno mismo cuáles son nuestras limitaciones intelectuales.

3.- Apóyate en el equipo:

Si a veces eclipsas a otros para que puedas destacar o dictas soluciones a los miembros del equipo en lugar de confiar en sus capacidades, te estas poniendo presión en ti mismo para aparecer siempre «bien en la foto». Esto te desvaloriza.

Aprende a hacer coaching al equipo, saca lo mejor de ellos y provócales con astucia hasta que lleguen a la solución, aunque tú la sepas de antemano. Mejorarás su experiencia y aumentarás sus capacidades.

4.- Cuestiona metódicamente tus suposiciones:

Como decía Einstein, “no podemos resolver los problemas de hoy pensando de la misma manera que cuando los creamos”. Si siempre hacemos lo mismo, nuestra experiencia no cambiará y por tanto nuestras capacidades tampoco lo harán.

Debemos aprender a pensar ‘fuera de la caja’, con pensamiento crítico y sin cuestionar las propuestas.Utiliza métodos científicos para hacer hipótesis, plantear ensayos, tomar datos y validar-invalidar conocimiento y capacidades.

Practica la experimentación desde la posición que el budismo denomina ‘la mente del principiante’, con apertura, entusiasmo y sin prejuicios. Comprenderás qué aporta y qué perjudica tu experiencia ante una situación o problema a resolver.

5.- Reflexiona sistemáticamente con humildad:

El aprendizaje requiere exposición a la novedad. Pero cuando eres un experto, es fácil encasillarte intelectualmente.
Otros no pueden o no saben cómo desafiarte y tu autoridad o jerarquía puede aislarte de la presión para aprender y crecer.

Mira a los miembros de tu equipo como maestros. Dedica tiempo a reflexionar sobre lo más importante lecciones o ideas que obtuviste de ellos, especialmente de aquellos cuya experiencia es menor o diferente a la tuya.

Practica el Han-sei, técnica milenaria japonesa que significa ‘parar para pensar’. Pensar profundamente sobre los errores y las victorias con humildad, con el objetivo de recoger la mayor cantidad de aprendizaje.

6.- Favorece las ideas frescas:

La experiencia estática provoca endogamia intelectual. Para evitarla, una táctica es crear oportunidades para que los miembros más ‘junior’ del equipo presenten temas o cuestiones que para ellos son importantes.

Estas conversaciones no sólo proporcionan una gran oportunidad de crecimiento para gente más joven pero también construye nuestra conciencia de las tendencias, tecnologías, o condiciones relevantes del para su mercado.

El imparable movimiento ‘millennial’ tiene mucho que aportar a la mejora de la experiencia de las organizaciones. Sus reglas de juego son diferentes y debemos aprovecharlas para convertirlas en ventaja competitiva.

7.- Busca la diversidad:

La endogamia profesional es todavía un problema en muchas organizaciones. Algunas sólo quieren contratar ingenieros (por poner un ejemplo) porque consideran que éstos son los mejores para su organización.
Sin embargo, está sobradamente demostrado que la experiencia diversa genera soluciones brillantes.

La etnia, la diferencia de edad, la distinta procedencia, la diferente orientación sexual o los signos políticos opuestos aportan diferentes experiencias y por tanto generan experiencias distintas que debemos aprovechar y nutrir.

Los líderes excepcionales de las organizaciones de Alto Rendimiento saben que el aprendizaje nunca se termina, que deben buscarla toda la vida de manera humilde y alegre. Su mayor temor no es que su experiencia y autoridad sean cuestionadas, sino que se vuelvan complacientes.

Afortunadamente:

Todos tenemos el poder para combinar el aprendizaje y evitar la experiencia pasiva.

El diagrama siguiente representa una matriz de dos variables. En el eje horizontal figura el Nivel de Experiencia, que va desde “Gran Experiencia”, para aquellas organizaciones que valoran contratar a las personas que poseen una dilatada experiencia profesional, hasta el “Desconocimiento Total” de aquellas organizaciones que optan por contratar personas sin experiencia previa, normalmente aquellas con poca o nula formación ni experiencia previa.

El eje vertical describe el Estilo de Gestión de la organización, que va desde “Organización Controladora”, es decir, aquellas organizaciones donde las jerarquías están muy marcadas y donde todas las actividades están registradas y controladas, hasta el otro extremo “Autoorganización”, donde la gestión está delegada en los equipos, y donde el registro y el control no es prioridad.

Debemos comprender que los paradigmas de gestión que han prevalecido durante décadas diseñaban organizaciones muy controladoras y donde la experiencia era una prioridad (punto gris).

Estos diseños han sido válidos hasta hace aproximadamente una década. Sin embargo, el cambio exponencial ha empujado a las organizaciones a cambiar los paradigmas de diseño, más ágiles y eficientes, donde la experiencia no es tan importante y donde el nivel de autoorganización es evidente.

Estas organizaciones, señaladas con el punto blanco son las Organizaciones Ágiles de Alto Rendimiento, las organizaciones que lideran el mundo empresarial de todos los sectores de actividad.

Podemos concluir con seguridad que:

La Experiencia es un valor a la baja y la Experimentación se cotiza al alza.

Aceptemos el nuevo paradigma y pasemos de la Experiencia a la Experimentación; los resultados son inexorables.

Para finalizar pasamos una tabla con 7 situaciones típicas en las organizaciones y que sirve como autodiagnóstico para entender nuestra percepción de la Experiencia, ubicarnos en la matriz anterior y entender el camino que debemos emprender.

Espero que os se utilidad.

Yon Valverde
Director Asociado en Actio Global.

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