En diferentes empresas e, incluso, este fin de semana en una boda, ha ido apareciendo el problema de los stocks y como la situación económica actual (¿quién dijo crisis?) fuerza a reducirlos de manera salvaje ya que pueden ser un riesgo financiero importante para la empresa pero, por otro lado, pueden penalizar mucho el servicio cuando no se es capaz de servir los pedidos que aparecen sin ninguna previsión o obviando las previsiones existentes.
Exceso de Stock
Aún es más paradójica la situación que se suele dar cuando en la mayoría de los casos coincide que hay mucho stock (o demasiado según el punto de vista que se mire), poco espacio en el almacén, pero no suele haber stock de la materia o producto que sí hace falta.
Para hacer entender mejor el origen del stock del almacén, pensé en repescar apuntes de Ingeniería Química con uno de los conceptos básicos de esta carrera, el balance de materia.
El Balance de Materia
El balance de materia es un método matemático utilizado principalmente en Ingeniería Química. Se basa en la ley de conservación de la materia (la materia ni se crea ni se destruye, solo se transforma), que establece que la masa de un sistema cerrado permanece siempre constante.
Los balances de materia se desarrollan comúnmente para la masa total que cruza los límites de un sistema. También pueden enfocarse a un elemento o compuesto químico. Cuando se escriben balances de materia para compuestos específicos en lugar de para la masa total del sistema, se introduce un término de producción (que equivale a lo que se genera en la reacción química menos lo que desaparece):
Entradas + Producción = Salidas + Acumulación
Haciendo un símil empresarial, el sistema sería la empresa, en concreto el almacén, y las masas que aparecen en la ecuación serían las correspondientes a las materias primas o componentes, embalajes, semielaborados y productos que se gestionan en la misma.
Por lo que si se quisiera averiguar el por qué de la acumulación que se nos da en el almacén deberíamos despejar la incógnita “acumulación” y nos quedaría:
Acumulación= Entradas + Producción – Salidas
Como resultado, como conclusión de la fórmula, la acumulación de stocks en la empresa se debe a que ésta recepciona y produce más de lo que se expide o consume (como producto terminado o como consumo para fabricar).
Como siempre, todo tiene una razón y detrás de cada stock hay una razón, una historia: las previsiones de ventas que no se cumplieron, las producciones para acabar los stocks de materias primas, los ratos muertos de producción, los lotes mínimos de compra pactados con el proveedor para conseguir un mejor precio unitario, etc.
La consecuencia de todo lo anterior se ve reflejada en el almacén, en el sistema, que no deja de ser un espacio limitado, siempre insuficiente, que mejorará mucho si somos capaces de gestionar los continuos flujos de entrada y salidas de materiales. Si no lo hacemos, si los flujos no los tenemos (más) controlados, el almacén lo reflejará saturándose y generando un caos de la gestión propia del mismo.
Por supuesto, puede ser que la mayor complejidad de referencias o los aumentos en volumen favorezcan la saturación pero el primer paso es siempre controlar mejor los flujos de entrada y salida y entonces, una vez conseguido, habrá que ir pensando en si hay que invertir en más espacio.