Conduciendo hacia Cádiz escuché en la radio una información como mínimo inquietante que rezaba algo así como: «Más de dos millones de «enfermos imaginarios» colapsan la atención primaria». Estamos hablando que hay un exceso de gran cantidad de gente que satura nuestro sistema sanitario público sin ninguna necesidad, ayudando a que sea ineficaz y deficitario por la falta de capacidad para ofrecer un servicio adecuado.
El Muda de la Sobreproducción
Enseguida me vino un flash con una similitud inquietante que encontramos en nuestras empresas, los «pedidos ficticios», el muda más peligroso de todos, la Sobreproducción.
Esta situación ocurre en cuando no hay pedidos y no sabemos que fabricar, por inercia porque tenemos la constante necesidad de saturar nuestros recursos, cuando nuestro plazo de entrega es demasiado elevado y tenemos miedo a fallar a nuestro cliente o cuando generamos pedidos ficticios para reservar capacidad y materiales suponiendo que el cliente nos pasará un pedido en unas determinadas fechas y otras muchas razones, todas muy válidas.
Esto lleva a las organizaciones a planificar producciones, gestionar recursos humanos, generar órdenes de compra, bloqueo unos recursos económicos, y consumo de unos materiales (que espero que no hubiera escasez y estuviera reservado para otros productos) para algo que NO HACE FALTA por lo menos en este momento o a corto plazo.
Muda en el Sistema Sanitario
Es el mismo caso del sistema sanitario, nuestros recursos se saturan de manera artificial provocando que lo que sí es necesario comprar, producir, consumir, etc… no se pueda hacer por falta de recursos o que se retrase excesivamente en el tiempo.
Esta situación lleva a que nuestros plazos de entrega para los «pedidos reales» se extiendan en el tiempo ya que hay que esperar hasta tener la disponibilidad de los recursos. Nos vemos obligados a sobredimensionarnos.
En época de bonanza, esta sobredimensión y utilización de la bola de cristal queda oculta dentro del gran volumen de ventas que, aunque genera un stock innecesario, no se veía con tan malos ojos.
En cambio, en nuestra situación económica actual ha vuelto el interés por qué es realmente necesario, los stocks, curiosamente antes también estaban pero no se tomaban acciones al respecto, y por el capital financiero inmovilizado en los mismos.
Cada vez nos llegan más peticiones de aplicación de herramientas que permitan la reducción y control de este stock: SMED (reducción de tiempos de cambio), KANBAN y SUPERMERCADO (reposición contra consumo real), etc.
En fin, hay que intentar evitar que los «enfermos imaginarios» invadan nuestras organizaciones y podamos trabajar, lo más posible, contra la realidad de pedidos de los clientes.