¿Están vigentes las economías de escala?

economía de escala
En días pasados, se publicó en el diario «La Vanguardia», un interesante artículo de Fernando Trías de Bes, del que siempre es interesante su lectura. El artículo trataba sobre «Los límites de la personalización», en lo que viene a denominar el «one to one marketing» que tiene como objetivo personalizar el producto sin renunciar a las economías de escala. (http://www.lavanguardia.es/)

Como respuesta, un tanto subrepticia, la firma Siemens publicaba un anuncio a toda página y en color dos días después en el mismo periódico, en el que nos decía:

«¿Cómo se pueden fabricar productos a medida a precios asequibles?» Y su respuesta era: «La respuesta de Siemens: la fábrica digital», y añadían: «Nuestras innovaciones combinan la planificación virtual de producción con la automatización de la fábrica más avanzada, para obtener una producción más flexible, logrando así que se cumplan los deseos de cada cliente con la mejor rentabilidad.» (www.siemens.com/answers)

Visto lo visto, queremos dejar constancia de dos observaciones:

1.- La necesidad de adaptar nuestra flexibilidad no viene dada, únicamente, por el concepto de personalización, sino que también se da por la vía de la cuantificación de la demanda. Es decir, no sólo queremos productos o servicios personalizados, sino que además los queremos en pequeñas cantidades. A modo de ejemplo, en el denominado mundo de los «singles» o en el de los paises emergentes, es evidente, que ambos mundos ni desean ni pueden acceder a grandes cantidades de compra.

2.- La automatización requiere de grandes cantidades de producto para hacer rentable la inversion a realizar y además de servicios complementarios para poder supervisar y velar por el devenir de la producción mediante medios en ocasiones excesivamente sofisticados. Lo que Womack y Jones, denominan «monumentos».

A todo ello, la empresa «dantotsu» («la mejor de las mejores») por excelencia, Toyota, ya le dió respuesta hace muchos años, con lo que hoy conocemos como «one-piece-flow» o flujo unitario, es decir, fabricar de «unidad en unidad» (la que nos convenga) según el patrón de demanda que nos marquen nuestros clientes y nuestros mercados.

Para finalizar, cabe introducir el concepto de «economías de repetición» acuñado por Ian Glenday, uno de los más brillantes exponentes de la cultura «lean». Este concepto es el antónimo del de «economías de escala» y en el se define que debemos fabricar en la «unidad patrón» que quiera nuestro cliente, con los mismos costes que obtendríamos, supuestamente, con las ya un tanto anacrónicas «economías de escala».

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