Es muy habitual que en las empresas nos encontremos con los MacGyver, los solucionadores de problemas. Grandes conocedores de los procesos y/o equipos y que, a veces, forman parte del staff de la empresa.
Estas personas son las que «consiguen» que los procesos avancen y las que son la referencia cuando hay algún problema en los mismos. Suelen tener un peso formal o informal en la organización debido a su conocimiento y amplia experiencia.
Los solucionadores de Problemas
Generalmente, suelen demostrar un amplio compromiso con la empresa además de llevar muchos años en la misma.
El perfil, a nivel de capacitación para el trabajo, es perfecto y deseable pero refleja ciertos problemas y nos puede generar otros:
- Dependencia excesiva de una sola persona, que parece imprescindible para la supervivencia de la empresa.
- Procesos no consistentes que generan variabilidad en sus resultados y que dependen de nuestro «experto» para llegar a buen fin.
- Las soluciones planteadas no se estandarizan por lo que los problemas vuelven a replicarse si la persona en cuestión no esta presente.
- Nuestro MacGyver puede convertirse en una caja fuerte de conocimiento de uso exclusivo que no transmite al resto de la empresa.
- Nuestro Macgyver puede tener la sensación, quizás tristemente acertada, de que si no está él o ella las cosas no funcionan. O lo que es peor, que llegue a dejar que las cosas fallen para recordar periódicamente la suerte que tiene la empresa de tenerlo/a y solucionar situaciones complicadas.
- Si además ostenta un cargo en la organización, es muy probable que frene el crecimiento profesional de las personas que tiene a su cargo por miedo a que puedan ser mejores o tener mas conocimientos. Miedo a dejar de ser imprescindible.
Siempre es útil tener en nuestra organización personas con iniciativa, experiencia y capacidad de solucionar problemáticas pero no dejemos que se conviertan en pilares tan críticos para la empresa que su falta parezca que va a hundir la empresa. En ese caso habría que cambiar el nombre de la empresa por el de nuestro MacGyver, sin él o ella la empresa no tendría razón de ser.
Por último recordar que… nadie es imprescindible.