Mejorar la Gestión del Mantenimiento
Es curioso observar los enfoques diferentes, en ocasiones diametralmente opuestos, que adoptan las empresas para mejorar la gestión del mantenimiento. Hay algunos casos en los que se desea realizar un taller puntual sobre un equipo pensando erróneamente que, al igual que con otro tipo de actividades o herramientas, la mejora llegará de forma inmediata.
En el otro extremo del abanico, hay empresas que adoptan un enfoque de transformación global del sistema, empezando por la definición de procedimientos de gestión de los recambios y continuando con la definición de manuales de mantenimiento de los equipos y actuaciones sobre los equipos.
Personalmente, creo que la solución se encuentra en un punto medio que cada organización debe encontrar en función de sus necesidades. Ni un taller puntual actuará como una píldora milagrosa que lo soluciona todo ni las empresas están dispuestas a dedicar recursos durante meses para planificar un sistema antes de visualizar alguna mejora.
Secuencia de Implantación de la gestión del mantenimiento
Por este motivo, es necesario detallar una secuencia de implantación, una secuencia que permita establecer una relación cliente-proveedor incluso en los procesos de mantenimiento. Y, en esta secuencia de implantación, el mejor lugar en el que podemos empezar a mejorar es la ‘línea’ de producción, el cliente por excelencia de mantenimiento. Partiendo de este punto, se desplegarán todas las siguientes actividades hasta llegar a los proveedores:
- Restaurar las condiciones de la línea, identificar necesidades de mantenimiento o inspección periódica, etc.
- Partiendo de las necesidades de la línea establecer necesidades de mantenimiento y formación.
- Partiendo de las necesidades de mantenimiento, definir los recambios necesarios y consumibles.
- Partiendo de los recambios y consumibles necesarios, establecer las relaciones comerciales con proveedores y profesionales externos.
Con este proceso de implantación se detectan las necesidades y se perciben los resultados desde un principio. Unos objetivos claros ayudan a mantener el ‘norte’ a lo largo del proceso de mejora, y facilitan la evaluación de los resultados tanto cuando se está trabajando en la mejora de la línea como cuando se están desarrollando actividades en otros entornos del mantenimiento. Procediendo de esta forma cada una de las actividades realizadas se puede evaluar desde el punto de vista de las necesidades de la línea, en definitiva, el cliente de mantenimiento.