¿Guardiolismo?

Guardiolismo
A estas alturas del «partido» no voy a descubrir mis preferencias futbolísticas, porque de manera implícita (y en algún caso, explícita) ya me he manifestado en posts anteriores. Ya sé que hay personas que dicen que es mejor no hablar de fútbol, ni de política, ni de religión, pero no va con mi estilo.

No voy a entrar en «forofismos ilustrados» respecto a ningún club, sino que intentaré extraer conclusiones de un hecho que ha sucedido hace tres días y que ha hecho alterar mis planes respecto al post que tenía previsto publicar en el día de hoy.

Hoy quiero hablar de la estela y de las secuelas que Pep Guardiola nos ha dejado, tras el trabajo llevado a cabo en estos últimos cuatro años que da paso a un «fin de ciclo» (¿de su primera etapa?), que pienso que ya puede abrir camino a un nuevo concepto: el «guardiolismo«, o en nuestro argot de Mudaland, al «Guardiola Management System» (GMS). Sin pretender en ningún momento convertirlo en una pseudo-religión, como la que se profesa al Pelusa en el «maradonismo«, tan enorme como controvertido jugador.

Liderazgo con estilo

Creo que el estilo de liderazgo y gestión, que ha impregnado la tarea de Guardiola, es de los más estudiados, puesto que en cuatro años se han publicado diversos libros que hablan sobre él, su personalidad y sus métodos. Por lo que sus cualidades son bien conocidas por la gente que es aficionada al fútbol.

¿Qué peculiaridades tiene el GMS, que lo ha hecho destacar de los demás, de manera tan sorprendente?

Ya sé que puede haber alguien que piense que con esos jugadores cualquiera haría lo que ha hecho Guardiola, pero la realidad es que en otros muchos casos, el disponer de grandes jugadores no ha llevado al claro triunfo del personaje que nos ocupa.

Vamos a desgranar esas características para hacer las correspondientes comparaciones con el devenir diario de nuestra gestión en la empresa:

  1. Búsqueda de la excelencia: su objetivo fundamental. El jogo bonito de la canarinha, elevado a la máxima potencia. El resultado siempre a través del proceso.
  2. Esfuerzo constante, puesto que no hay mejora posible ni encuentro con la excelencia, sino va acompañados con una gran constancia en el trabajo diario.
  3. Análisis científico, de todo lo que le envuelve, desde el juego de los otros equipos, hasta la dieta alimenticia que debe tener cada jugador (¡cuánto le debe La Pulga!).
  4. Team building, actividad sin la cual la cohesión del equipo no se logra, los objetivos no se vislumbran, y los resultados, no llegan.  
  5. Abierto a los cambios de paradigma, desde su valentía al aceptar su cargo sin apenas experiencia, hasta la incesante subida de nuevos jugadores de los equipos inferiores, que han supuesto para su club y para la selección española, tener a nuevos cracks en el campo de juego, como podría ser el caso de Sergio Busquets.
  6. Disciplina amable, para ser el jefe indiscutible, siendo como un padre, un amigo o un colega, en palabras de sus propios jugadores. Y eso sí, si alguien no está en consonancia con el grupo, con el equipo, inmediatamente deja de estar, con casos conocidos por todos.
  7. Metodología propia, con una interminable lista de diferentes tácticas de juego, con múltiples alternativas a desarrollar, lo que permite tener un nivel de flexibilidad operativa impresionante.
  8. Eficiencia, los 13 (que pueden ser 14) títulos de los 18 posibles, hablan por sí solos. Y son el resultado de la suma o multiplicación de todo lo anterior. Sin duda, no hay mejor indicador.

Grandes lecciones del maestro Guardiola, al que deseo mucha suerte, aunque estoy plenamente convencido de que la suerte la van a tener allí donde caiga, para realizar su próxima función como manager.

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