Los japoneses se refieren a ‘Hoshin’ (brújula) cuando describen la metodología utilizada para el despliegue de políticas estratégicas. Se trata de un concepto popularizado por el profesor Kaoru Ishikawa. Él lo resumía con la siguiente frase: ‘Cada persona es el máximo experto en su propio trabajo, de modo que mediante un proceso de reflexión colectiva, todos los colaboradores de la empresa participan en la definición de acciones que ayudarán a que su organización sea excelente’.
Metodología Hoshin Kanri.
Este primer análisis a nivel de compañía se despliega posteriormente y repite consecutivamente . A nivel de división, de planta, hasta llegar al nivel de departamento o proceso, extendiéndose a lo largo y ancho de toda la organización. De esta manera, siguiendo un esquema fractal, se pueden trasladar de forma directa los objetivos generales a cada uno de los niveles de actuación. Por lo tanto así, valorar en consecuencia, el impacto que tiene cada una de las acciones planificadas.
En cada paso de este ejercicio, el punto de partida del proceso de reflexión y definición de actividades, reside en trasladar cada uno de los objetivos estratégicos de la empresa a metas claras para el área afectada. La forma de traducir estos objetivos a todos los niveles requiere el uso de unos indicadores comunes para todos los procesos y áreas, de forma que el valor que toma cada uno de ellos permite medir el desempeño de toda la organización: los ‘True North Metrics’.
A diferencia de otros métodos utilizados en organizaciones occidentales para el despliegue de políticas estratégicas, como son por ejemplo la gestión por objetivos (desarrollada por Peter Drucker y aplicada principalmente en General Motors), el procedimiento Hoshin asegura la coherencia entre objetivos de uno y otro departamento, evitando situaciones en las que se pueda generar una competencia interna entre departamentos.

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Una de las características clave de la sistemática es precisamente el alto nivel de visibilidad de todo el proceso. Esto favorece el diálogo interno y, al mismo tiempo, ayuda a que toda la organización visualice el buen o mal desempeño de cada área.
Uno de los elementos clave en el desarrollo del sistema consiste en definir un buen procedimiento. Des esa manera, el despliegue y definición de unos objetivos compartidos para toda la organización. Sólo así se puede evaluar el progreso de la compañía y de las actividades de mejora.