Estos días ando por México, con dos cometidos principales. El primero, realizar un training para uno de nuestros clientes industriales establecido en este imponente país, y también en Estados Unidos, entre otros. Y el segundo, empezar el trabajo de siembra de la semilla, de lo que algún día puede llegar a ser Actio México, proyecto interesante donde los haya, por la magnitud del país y mercado, que abonan un gran campo de oportunidades.
Una de las cuestiones que me han llamado más la atención, no por desconocida, es la potencia industrial que atesora este país. Mi pensamiento, quizá se deba a que vengo mediatizado por la languidez de la industria (y el desprecio al que se le somete desde hace años) que estamos viviendo en España. Y llegado a este punto, parafrasearé una sentencia que ha hecho fortuna en los últimos años, que yo transformaré en aquello de que «es la industria estúpido».
Industria de montaje y de procesos
Es absolutamente necesario tener una industria y un tejido industrial robusto, como uno de los pilares de nuestra economía y sociedad.
Y con el ejemplo de México voy a hablar, de manera maximalista, de los dos grandes tipos de industria que tenemos en nuestro mundo: la industria de montaje (o ensamblaje, o de proceso discreto), y la industria de procesos (o de proceso continuo). En la primera, con dos locomotoras tirando de la economía, como lo son la automoción y la aeronáutica; y en la segunda, con otras dos grandes locomotoras, tales como la farmacéutica y la de alimentación y bebidas.
Casi todo lo que nosotros tocamos en Actio empezó en una industria de proceso discreto que todos conocéis bien y que se llama Toyota. Las empresas de este tipo de industria están acostumbradas a los sistemas lean, kaizen, six sigma, y a todo lo que les echen… Los otros tipos de industria estaban en otros menesteres, pero hace ya un tiempo que se han subido o se están subiendo al carro de la mejora continua, el de la excelencia operacional. Y ello es una gran noticia, para todos. Sobre todo para ellos, porque van a poder competir en mucho mejores condiciones.
Aplicaciones en cada tipo de industria
Ahora bien, como casi todo en la vida, se requiere una aplicación personalizada para cada tipo de industria. Que aunque en su génesis sean eso, industrias, son muy diferentes en sus maneras de proceder y de desarrollar sus negocios. Por ejemplo, no podemos ir con el «librillo» de la industria automotriz a mejorar a una empresa que produzca productos cárnicos, ni al revés, por supuesto. Y eso es lo que hacen algunos profesionales (ya sean directivos o consultores), por lo que el riesgo de padecer un tremendo fracaso es elevado.
Y no perdamos de vista que seamos de la industria que seamos, pudiera ser que en nuestra propia fábrica nos encontráramos con que tenemos los dos tipos de procesos comentados en este post.
No sé si le va a llegar esta entrada a alguna persona con poder, que pueda incidir en el relanzamiento y robustecimiento de la industria, pero por si «sonara la flauta», les pido encarecidamente que sean «industry friendly«, que estas grandes «máquinas» arrastran a otros subsectores económicos, quizá mejor vistos, que necesitamos que trabajen codo con codo con el industrial. Eso es generar riqueza, crecimiento y bienestar. El camino que ha emprendido México hace ya algún tiempo.