Una cómplice de la Mejora Continua de una de nuestras empresas cliente me hizo llegar el artículo donde una familia espera su hijo número veinte junto con la frase «Estos sí que tienen que estar bien organizados y haber mejorado sus procesos»
Mi punto de referencia en estos temas es mi escasa experiencia (2 años) con un solo hijo que ya parece absorber todo el tiempo que tenemos disponible, y más. En un blog encontré una frase lapidaria: «Con el segundo hijo te das cuenta que, con el primero, tenías tiempo libre».
En otra conversación con otro Pater Familias de la misma empresa, en este caso con 3 hijos de cercana edad hablábamos de cómo se lo gestionaba en su día a día y cómo habían tenido que cambiar costumbres y maneras de hacer para poder llegar a gestionar el pequeño ejército.
Revisión de Prioridades
Al final, los padres, la familia, no tienen más remedio que adaptarse a la nueva situación familiar, cambiar el paradigma existente hasta ese momento y jugar según las nuevas normas pensando que no hay otro remedio. Como el tiempo total disponible se reduce (al igual que los recursos disponibles) al tener que dedicar parte del mismo al cuidado y/o atención de los niños, se analizan (o la realidad te pone en tu lugar) qué cosas son las básicas o importantes, cuáles son prescindibles y cuáles habría que hacer de manera diferente para ser más productivos. Como resultado hay un cambio de prioridades muy significativo, tanto en dedicación del tiempo como de los recursos, respecto a antes de tener las criaturas.
En las empresas pasa un poco igual, mientras no aprietan se va haciendo, con quejas acerca de las dificultades existentes y lo injusta que es la vida, por supuesto, pero cuando la situación se complica nos damos cuenta de que antes no estábamos tan mal, que la situación no era tan mala. (pasa un poco como con los cambios en el sistema informático, el actual es nefasto hasta que instalan el siguiente y entonces lo echas de menos). Eso sí, como buenos ejemplares de Darwin, intentamos adaptarnos a las nuevas situaciones, a las nuevas reglas en algunos casos a tiempo, en otros casos demasiado tarde.
Adaptación a la crisis
En esta situación de crisis sucede, además, que hay que saber capear con unos recursos muy limitados a las oscilaciones de la demanda que va generando puntas de trabajo que, de una manera u otra, como le pasa a la familia, tiene que ser capaz de gestionar con los recursos disponibles.
Veamos que aunque nos pueda parecer que los recursos disponibles son escasos o las presiones del entorno son fuertes hemos sido capaces de cambiar y adaptarnos a las nuevas condiciones a lo largo de nuestra historia como empresa y trabajadores. Seamos conscientes que habrá que seguir mejorando constantemente para poder compensar las nuevas exigencias que nos marcará el futuro y a las que tenemos que intentar adelantarnos en la medida que podamos.