Lean Post-Truth?

En los últimos tiempos, la máquina acuñadora de nuevos términos se ha inventado un nuevo concepto que es el de la posverdad, derivado del inglés post-truth, que viene a significar, según los expertos, «algo que denota circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública, que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”. Dicen que es la palabra del año y quizá sea cierto.

Pero, en mi entender, lo de la posverdad no deja de ser más que «leyendas» o «mantras», que a base de repetirlos, se convierten directamente en mentiras, manera de actuar que hace ya muchos años que se inventó, por tanto no hay nada nuevo, si exceptuamos la gran amplificación que los nuevos medios de comunicación nos ofrecen.

Esta evidencia, vista en determinados acontecimientos de índole política y social, de sobras conocidos, se pueden extrapolar al mundo empresarial y, dentro de éste, al concepto del Lean Management.

El Lean Management está en desuso.

Desde la óptica del usuario, la empresa que debe ponerlo en práctica, existe una corriente de opinión que se va extendiendo (¿posverdad?) que dice que el tema del lean ya está a la baja y en desuso. Quien dice ésto, normalmente es quien ha tenido una relación de soslayo con el tema. Es decir, aquellos que han hecho algún escarceo con la implantación del sistema (5S, convertidas en 3S, a lo sumo), pero que no han tenido la perseverancia y el coraje, si se me permite, de ponerlo en marcha de manera global y sostenida en el tiempo.

Desde el punto de vista, de los que nos dedicamos a ayudar a nuestros clientes a implantar sistemas y modelos lean, como ya «nos aburrimos con el tema», también caemos en la posverdad, de pensar que ya está todo hecho, cuando el territorio inexplorado y virgen al respecto, en las empresas, es enorme todavía. Queda muchísimo recorrido hasta alcanzar la Excelencia Operacional, el nivel World Class o conseguir ser una High-Performance Organization. Los datos, las evidencias, no las «leyendas empresariales» (posverdad), nos lo corroboran, a poco que vayamos por las empresas y veamos los niveles de ineficiencias que abundan por las mismas.

Liderazgo y sentido común, los mejores aliados del Lean.

En ambos casos, precisaremos de personas con el suficientemente liderazgo y sentido común, para evitar consumir energías en historias que conducen a un único lugar, el de la comodidad y el de la falta de compromiso con aquello que es debido hacer, que obviamente, no nos harán ser los mejores.

El convertirnos en trusted advisors (internos o externos) de la empresa en cuestión, basando nuestra actividad en la gestión de las evidencias, nos llevará a poder conseguir las metas que como empresas necesitamos para seguir en el mercado.

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