Actividades de Mejora Continua
En general, cada persona, dentro de las capacidades y atribuciones que posee, cree estar realizando el trabajo de la mejor manera posible y que esas actividades, dentro de esas mismas limitaciones, se realizan con el mejor método posible o conocido. Es más, gracias a las aportaciones que ha realizado la propia persona el trabajo es más eficiente y eficaz de lo que era anteriormente.
Subiendo dentro de la jerarquía de la empresa, esta misma situación se repite en responsables, o managers, de áreas o de procesos que, además de sus propias actividades, también son propietarios de las actividades que realiza el personal bajo su gestión, del estado de los procesos y de su gestión.
En muchos casos los propios responsables han trabajado en algún momento de su historia profesional en los mismos puestos de trabajo sobre los que ahora tienen una responsabilidad de gestión por lo que se los conocen muy bien. O disponen de una experiencia suficiente como para conocerlos en gran medida.
Este perfil de responsable puede tener un rol muy significativo en el momento de llevar a cabos (e incluso participar) en proyectos o actividades de mejora:
– Aspectos potenciales que pueden ser de ayuda
- La dualidad conocimiento/experiencia y gestión del lugar de trabajo, de las actividades y los procesos que son objeto de la mejora permite una rápida comprensión de la situación, plantear implicaciones más allá de lo que se está viendo en el momento y trabajar con una visión global a nivel de empresa.
- La capacidad de decisión que permite superar muchas barreras, sobre todo en lo que se refiere a toma de decisiones sobre las acciones, ahorrando pérdidas de tiempo inútil en pequeñas acciones, tomando decisiones ejecutivas en el momento, y planteando acciones más ambiciosas por conocer recursos disponibles y el impacto global que puede provocar a la empresa y, consecuentemente, el interés que ésta puede mostrar.

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Conviértanse en una Organización Exponencial! →– Aspectos potenciales a tener en cuenta
- La ceguera a admitir que los procesos y actividades bajo su gestión no están funcionando de manera adecuada y que están llenos de oportunidades de mejora. No ver que en su momento se definió como un proceso ideal se ha ido “estropeando” con el tiempo y, además, las necesidades pueden haber evolucionado también por lo que puede ser que el proceso ya no satisfaga lo que se necesita del mismo.
- Valorar si las tareas a realizar inicialmente en el puesto de trabajo o el proceso se han ido complementando con más carga y si eso dificulta la correcta realización de las actividades principales del puesto de trabajo.
- Pensar que todos los problemas se concentran en las personas que no son capaces de hacer el trabajo con el mismo nivel de calidad, entusiasmo, preocupación, implicación que cuando ellos mismos las realizaban o si ellos las realizaran.
- Tapar los problemas. Temor a que lo que pueda aparecer en los procesos o actividades les deje en mal lugar con su personal, con el resto de managers o dentro de la propia empresa.Por todo ello mis más sinceras felicitaciones a todos aquellos managers que son capaces de dejar que sus procesos sean objeto de revisión por terceros, de admitir que hay aspectos a mejorar, de escuchar cuando se les plantean las mejoras y de ayudar a su implantación, aunque todo ello signifique echarse “piedras sobre su propio tejado”.
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