¿Manifiesto ‘Agile’?

Scrum es un conjunto de metodologías y técnicas que se desarrollaron durante los años 1990; para mejorar la gestión de proyectos principalmente vinculados al desarrollo de software.


Entre los años 70, cuando se identificó la conocida ‘crisis del software’ y los años 90 del siglo pasado, la mayoría de soluciones que aportaban las metodologías tradicionales de planificación y gestión de proyectos; se concentraban en aumentar el número de controles a realizar durante las fases de ejecución.


Con ello se esperaba medir la calidad de las acciones realizadas y, a la vez, el cumplimiento de los plazos.

El enfoque tradicional condiciona el éxito del proyecto al cumplimiento de un plan inicial.

Sin embargo, este enfoque fallaba ya desde la base. En la mayoría de proyectos, los requerimientos o funcionalidades no estaban definidos por el cliente; en el momento inicial de redacción del proyecto. Por este motivo, no se podía realizar una buena planificación porque no se conocía el contenido de las tareas a planificar.



Beneficios del método Scrum.


En 1986, Takeuchi y Nonaka describieron un nuevo modelo de trabajo, que denominaron ‘scrum’, y que podemos traducir como melé. Se trata de un método que pretende actuar ante los proyectos del mismo modo que los jugadores de rugby afrontan una jugada: empujando todos al unísono en una misma dirección.


Este modelo fue adoptado rápidamente por la industria del software, y bautizado inicialmente como modelo XP, de ‘extreme programming’.


Los beneficios de este sistema, se reducen a asumir que la variabilidad o la incertidumbre de los proyectos; no es un factor que podamos controlar desde un inicio. Todo lo contrario. Por lo tanto, a diferencia de los modelos más tradicionales; que abogaban por un control de esta variabilidad, el modelo scrum pretende convivir con ella, con total normalidad.


Durante la última década, el modelo ha adquirido gran popularidad, no sólo en gestión de proyectos, sino que poco a poco se ha extendido a otras áreas de la gestión de la empresa; en las que también se trabaja en un entorno de incertidumbre.




Principios en los que se fundamenta el modelo Scrum.


Es por ello que, el año 2001 y para definir las bases del modelo, un grupo de expertos en la metodología decidieron redactar las bases de trabajo; que debían compartir todas aquellas metodologías que se integraran bajo el paraguas del concepto ‘ágil’.


El resultado de este grupo de trabajo se resume en lo que a día de hoy conocemos como el manifiesto ágil, un conjunto de principios en los que se fundamenta este modelo de gestión:


  • Valorar a individuos y sus interacciones sobre los procesos y las herramientas.
  • Valorar más el producto que funciona que una documentación exhaustiva.
  • Valorar más la colaboración con el cliente que la negociación de un contrato.
  • Valorar más la respuesta al cambio que el seguimiento de un plan.

Aunque pueda parecer que los cuatro puntos que detalla este manifiesto, responden en gran medida al sentido común; debemos admitir que, en la gran mayoría de organizaciones, todavía se trabaja priorizando la segunda parte de cada una de las cuatro frases. Es decir, a día de hoy, en muchas organizaciones se considera capital la disponibilidad de las herramientas, las especificaciones, los contratos y el plan de trabajo.



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