Una de las (pocas) verdades absolutas que tenemos en este mundo, es que una empresa siempre tiene amo, dueño o propietario. Ya sea éste una persona física o jurídica. Con todas sus posibles variantes y condicionantes. Desde el empresario (persona física) individual, hasta el empresario (persona jurídica) en forma de multinacional que cotiza en bolsa. En definitiva, todas son formas de lo que tradicionalmente se denominan empresarios, o últimamente, emprendedores, que, en según que foros, parece «menos pecado».
Sobre el propietario de una empresa
El propietario de la empresa es uno de los stakeholders más importantes, si es que hay alguno que lo sea más que otro. El «jefe» por excelencia. Es el que se juega su patrimonio, obviamente para obtener una rentabilidad, pero también, en muchos casos, porque le gusta emprender nuevos retos.
Siempre que pensamos en que alguien se vaya de una empresa, en la desmotivación que en muchos casos le acompaña, lo hacemos poniendo el foco en los empleados, pero ¿y si el propietario se desmotiva? ¿y si se va el amo? No me refiero al hecho físico de irse, ya que no solamente se puede asociar a la desaparición física del mismo, sino a su «ausencia virtual» de todo el quehacer y devenir de la compañía.
¿Y por qué se desmotiva el empresario?
¿Qué le puede llevar a hacer un pseudo lock-out (la «huelga» patronal)? Las causas son múltiples y variadas, propiciadas por múltiples factores, y nos darían para escribir unas cuantas entradas. En este post, me gustaría reflexionar sobre una causa proveniente del interior de la empresa y más concretamente de todas aquellas acciones que puedan deducirse del ámbito que nos ocupa en este blog, que no es otro que el de la Mejora Continua.
Cuando un empresario decide invertir en un proceso de trasformación de su empresa por medio de la Mejora Continua, tiene más responsabilidades además de la de «poner-el-dinero» para hacer algo. Es decir, tiene que saber motivar y liderar ese proceso. Pero, está claro que llega un punto en el proceso, una vez soltado el dinero, aportados los recursos, animado a la gente y un largo etcétera, que el empresario espera algún movimiento (para bien) por parte de su equipo, porque, de lo contrario igual la propiedad se desmotiva y emprende acciones que, con toda seguridad, no conducirán a nada bueno. Lo que no espera es encontrarse con una corte de «escépticos-de-la-vida», «negacionistas-de-todo» e «intoxicadores-del-ambiente».
Todos aquellos que entorpecen un proceso tan magnífico y espectacular como lo es el de la Mejora Continua.
El concepto de intraemprender
El nuevo concepto de «intraemprendedor», el empleado-emprendedor interior que se dedica a innovar, a pensar y a defender a su empresa, como si fuera el auténtico shareholder, es la figura que el empresario espera y anhela de sus colaboradores. Si no se consigue tal extremo, es cuando algunos empresarios pueden pensar en optar por otros equipos, otros negocios u otras latitudes…
Consejo para «navegantes» empleados: defended vuestra empresa, como si fuera vuestra. La Mejora Continua trata exactamente de eso, de ser más competitivos. No hagáis que el empresario se desmotive. Conseguid que el emprendedor permanezca involucrado con su (nuestra) aventura personal (colectiva). Irá todo mucho mejor y seguro que perduraremos en el tiempo.
Ahora que finalizamos un año más y que dentro de cuatro días, el 21 de Diciembre, empieza una nueva era (según los Mayas), olvidemos las actitudes absurdamente negativas, e iniciemos esa nueva era apoyando y ayudando a todos los stakeholders, sobre todo al que se arriesga y pone las ideas y el dinero, entre otras cosas.