La ley Pendular de la Historia
Es de sobras conocida por todos la «Ley pendular de la Historia«, aquella que nos indica que el devenir histórico se repite en diferentes vaivenes a lo largo de los años. Ello está ocurriendo de nuevo en los últimos tiempos. La oleada de deslocalización (offshoring) iniciada en los años 90, está dando paso, tras unos 20 años de dinámica deslocalizadora, a lo que ha venido en denominarse relocalización, nearshoring o nextshoring, según los expertos en la materia.
Next-Shoring
Las razones son varias y entre ellas cabe destacar las siguientes (de acuerdo con el artículo «Next-shoring: A CEO’s guide«, de McKinsey & Co.):
- La subida de salarios en los países emergentes, receptores de la deslocalización de países más desarrollados.
- La equiparación de los costes energéticos entre los países desarrollados y emergentes.
- El constante crecimiento del dinamismo de la demanda.
- La aparición de tecnologías disruptivas, como lo pueden ser la impresión en 3-D, el avance en la robótica industrial o la digitalización de las operaciones.
Todo ello hace pensar que la estrategia de las operaciones deba ser redefinida, en función de la proximidad de la demanda (más de 2/3 de la manufactura global, tiende a localizarse cercana a su demanda) y de la proximidad a la innovación.
Ventajas del Nearshoring
Si analizamos con mayor detalle las ventajas del nearshoring, veremos que existen y que son importantes:
- Reducción de costes y tiempos de transporte.
- Disminución de la inversión en inventarios.
- Mejor conocimiento del mercado y de la demanda a satisfacer.
- Mejor y más rápida comunicación entre la empresa, sus clientes y proveedores..
- Niveles de calidad, generalmente, más elevados.
- Ajustes de la oferta sobre cambios de demanda más veloces y flexibles.
Por todo ello, observamos, en primera instancia, que producir en tu misma región geográfica no puede reportarnos más que beneficios, teniendo en cuenta las siguientes premisas:
- Localicemos adecuadamente los centros productivos y de distribución.
- Creemos ecosistemas de proveedores colaborativos y fiables.
- Desarrollemos a los colaboradores de la empresa.
Ahora bien, para ello es preciso reconsiderar cómo debe ser el modelo de operaciones que queremos tener, y eso pasa, ni más ni menos, porque sea un modelo basado en la Excelencia Operacional, para dar paso a la construcción de auténticas organizaciones World-Class, con sistemas de trabajo sustentados en la Mejora Continua avanzada, en base a dinámicas lean, six sigma y kaizen.
Desde una óptica de países desarrollados, si somos capaces de hacer mejores a nuestras empresas, procesos y operaciones, sin duda tendremos posibilidades de recuperar buena parte de la industria que marchó. Y eso es tremendamente importante para la creación de riqueza en nuestros países, que ayuda al preciado «estado el bienestar» creado en Europa hace muchos años y que ahora está en claro peligro de ser eliminado.