En uno de los trabajos que estamos realizando con uno de nuestros clientes internacionales, conjuntamente con mi colega, Màrius Gil, surgió el siguiente ciclo de mejora, para entornos tremendamente dinámicos, como lo es el de la Supply Chain, o Cadena de Suministro. Màrius trazó el ciclo, que debería emprender toda empresa que quiera optimizar sus flujos, que no es otro que el que cito a continuación.
Ciclo para optimizar flujos
- Estabiliza
- Equilibra
- Sincroniza
- Fluye.
Si nos fijamos en esas cuatro acciones, absolutamente imprescindibles, la primera de ellas es una acción estática, mientras que, a medida que avanzamos por ellas, el grado de dinamismo va in crescendo. La acción de equilibrar ya requiere de ciertos micro movimientos entre operaciones y procesos. La sincronización nos lleva a pensar en un movimiento coordinado de rango superior. Y por último, el efecto flujo es el movimiento por excelencia, y uno de los objetivos finales de un entorno de trabajo, según los Principios Lean.
Por tanto, si queremos mejorar nuestra empresa, no tendremos más remedio que orientarnos hacia la creación de flujo. Ser radicalmente dinámicos, recordando que las bases de esa fluidez en las operaciones, vendrán determinadas por ese “momento de reflexión” que supone la estabilización de todas las variables y magnitudes que tengamos en nuestra empresa.
Veamos un par de ejemplos, que suceden más habitualmente de lo que sería deseable:
- Una planta de producción no puede lanzarse a batallas mayores (p.ej.: implantar un sistema pull; puro flujo y dinamismo), si no tiene totalmente controlados y estabilizados los problemas que surgen en el quehacer diario: averías, mermas, rechazos, absentismo, etc.
- Una cadena de suministro (puro flujo y dinamismo en sí misma) no puede ser gestionada adecuadamente, si su inventario, tanto físico como permanente (información estática de un momento concreto), no refleja la realidad de la situación.
Si me tuviera que decantar por una de las dos posiciones que plantea el título de esta entrada, lo haría por la segunda, la del dinamismo, porque una empresa es puro movimiento. Pero intentaré no ser maximalista, ni dogmático, y diré que las pinceladas necesarias de esa posición estática son precisas, sin ningún género de dudas.
Del ciclo PDCA, me gusta más la D (la de la acción), pero reconozco que la P (la de la reflexión), en su justa dosis, nos hace mucha falta, también.
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