¿Eres horizontal o vertical?

Desde que el mundo es mundo, el concepto de la verticalidad en cualquier tipo de organización es lo que ha primado históricamente. Y por desgracia, el tema sigue vigente en muchas de las empresas existentes hoy en día. Esto está motivado por las fuerzas oscuras del «siempre ha sido y se ha hecho así…».



Concepto de Verticalidad

Por verticalidad, queremos denotar que existe una especialidad concreta en algún tema, que tiene como motor una jerarquía top-bottom. Este tipo de  organización consigue individualizar el trabajo de sus empleados, aislando el trabajo colectivo y haciendo que muchos de los miembros de la empresa ni se vean ni se comuniquen adecuadamente. Podríamos llamarlo «departamentitis»,


En definitiva, verticalidad significa especialización, aislamiento y desconexión. Verticalidad significa que vamos desde «unas ideas más o menos brillantes» del equipo directivo al establecimiento de unos resultados «supuestamente brillantes» en cada uno de los departamentos o funciones, independientemente de lo que ocurre hacia las «afueras» de la organización, especialmente en todo aquello que concierne al cliente.


Si miramos su antónimo, que a pesar de ello, debiera ser complementario, por el concepto horizontalidad, entendemos todo aquello que permite circular la empresa de un lado a otro lado (left to right, right to left), con un enfoque claro y decidido en el trabajo en equipos multidisciplinares y el cumplimiento de los compromisos con el cliente.Por horizontalidad, entendemos enfoque hacia el mercado; allí donde se concretan todos los esfuerzos de toda la organización, en su propósito más plausible: satisfacer a sus clientes, con la mayor rentabilidad posible.


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Hacia la organización Horizontal

Romper con este tipo de organización tradicionalmente vertical, es una de las grandes oportunidades que tenemos en las compañías. Abandonar la premisa de que siendo «muy buenos» en nuestra área, haremos buena a nuestra empresa.


Hace muchos años que veo personas, departamentos y empresas que «en lo suyo» son muy buenos, pero que toda esa bondad no llega al cliente de turno, que se queja amargamente de la falta del first-time-quality en todas sus facetas de calidad y de servicio, cuando no decide cambiar de empresa proveedora, porque la actual está muy pendiente de temas que a él como cliente, ni le van ni le vienen. El óptimo local es argumento totalmente necesario, pero no es argumento suficiente, para conseguir el objetivo final de la empresa, que hemos citado en la última frase de hace dos párrafos.


Si os parece, vamos a ajustar las velas de nuestro barco, con el rumbo que nos hemos marcado que no ha de ser otro que el de ser los mejores y los más competitivos de nuestro sector, para perdurar en el tiempo, y ello lo conseguiremos, haciendo todos un trabajo excelente desde que un cliente quiere algo, hasta que ese algo les es entregado, sin olvidar que para que ello ocurra, es necesaria la colaboración de todo los miembros del equipo, actuando en el sentido horizontal de nuestros procesos y flujos, ya que los pedidos de los clientes son el leit-motiv de nuestra horizontalidad.


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