Escribo este post mientras cruzamos a 900km/h el océano Atlántico dirección a Costa Rica, un vuelo de prácticamente 11 horas. Para ello no necesito equipos especiales ni un sistema de alta tecnología que permita conectar mi ordenador con alguno de los satélites que orbitan la tierra. Simplemente preciso de un código que me ha facilitado el personal del avión y de una cierta capacidad de autocontrol para evitar superar el límite que me ha ofrecido la aerolínea que, admitámoslo, no estamos hablando de una conexión para realizar videoconferencias con los amigos.
Mientras escribo el post caigo en la cuenta que no hace ni un par de años, cualquier tipo de conexión realizada desde un equipo electrónico en un avión en fase de vuelo podía ser el punto inicial de alguna de las siguientes catástrofes:
- Interferencias con el equipo de navegación de la aeronave.
- Desconexión del avión con el resto del mundo.
- Autodestrucción del avión.
¡O todas ellas al mismo tiempo! Es aquello de las ondas electromagnéticas decían algunos… Lo cierto es que dejando a un lado aquellas amenazas que rozan la comicidad, las advertencias del personal eran tan continuas como el sentimiento de culpabilidad del pobre propietario de un móvil que, habiendo olvidado desconectarlo, empezaba a sonar durante el vuelo.
Estándar de trabajo y nuevos procesos.
Bien, unos años después parece que el uso del dispositivo móvil en un avión ya no es la causa de las grandes plagas de la humanidad ¿Qué ha sido entonces de todas estas advertencias? Pues básicamente ha sucedido lo mismo que pasa en cualquier organización cuando cambian los estándares de trabajo. Aquello que durante un tiempo ha sido nuestro paradigma de actuación, aquello que parece definitivo e incuestionable llega un momento que puede cambiar, de modo que todas las estructuras que se habían creado alrededor de este estándar de actuación (mensajes por el sistema de comunicación, sanciones, controles, etc.) deben adaptarse a una nueva realidad.
Evidentemente, alrededor del nuevo paradigma nacen una serie de estándares que lo acompañan. En este caso, el paso de la prohibición del uso del móvil a su aceptación ha generado las tarjetas de acceso a la red, la página web explicativa del servicio, una línea de negocio nueva para las aerolíneas… en definitiva, nuevos procesos que soportan el funcionamiento de la organización.