Cuando pensamos en el concepto ‘poka-yoke’, acostumbramos a asimilarlo a procesos industriales. Pero este concepto, también conocido por la versión inglesa ‘fool proof system’, o la japonesa más divertida y jocosa, ‘baka-yoke’, que significa ‘a prueba de tontos’, puede aplicarse en cualquier actividad de nuestras compañías.
Sin querer señalar a nadie en cuanto a su mayor o menor grado de ‘locura’, el sistema ‘poka-yoke’ lo que pretende es ayudar a que no nos equivoquemos. Hacernos difícil o imposible el error, aunque no sepamos actuar en la función en la que estamos ocupados. Un ‘poka-yoke’ es un estándar que facilita la tarea y que acompaña de manera muy eficiente la formación que haya podido recibir el trabajador.
Poka Yoke en la vida real
En nuestra vida corriente, nos encontramos con un gran número de ‘poka-yoke’, como lo son el calibre del ‘bocarel’ a través del cual surtimos de combustible a nuestro vehículo; las conexiones informáticas (p.ej. las ‘USB’) que utilizamos a diario; la disposición de los diferentes ‘fuegos’ de la encimera de nuestra cocina; y tantos otros de los que no somos conscientes, pero que nos ayudan a ‘transitar’ por este mundo.
Pero este concepto, tan sencillo como demoledor con las ineficiencias que tenemos, no está suficientemente extendido en aquellas operaciones que son complejas en cuanto su volumen y a la peligrosa repetitividad diaria.
Una de esas áreas donde tenemos que implantar este concepto, por mor de su gran número de operaciones diarias, es en la logística. Movemos miles y miles de productos y de documentos a lo largo de un año, como para que sea una de las causa raíz de muchos de los problemas que padecemos en las empresas. Piensen en su empresa; repasen los procesos logísticos que tienen; cuantifiquen los movimientos; pongalos en relación con el número de operadores que actúan; relacionenlos con todas las máquinas que tenemos; y verán que la probabilidad del error es tremendamente elevada.

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De hecho, concretando en el Almacén, como una de las partes más importantes de la logística, es donde se produce un mayor número absoluto de errores, simplemente porque se efectúan un enorme número de operaciones. Debemos atajar esta problemática. Nos conduce a ofrecer un mal servicio, que puede dejar de fidelizar a nuestros clientes.
¿Y cómo acostumbramos a intentar atajar estos problemas? Pues, en muchas ocasiones, mediante una automatización intensiva, que dada la magnitud del trabajo puede ser necesaria, pero que no solucionará radicalmente el problema, si no lo acompañamos de otras medidas.
El cansancio físico del operador, la similitud de los productos, la similitud de las estanterías, pueden hacer equivocarnos. Por ello, han surgido sistemas ‘pick-to-light’ con un paso más allá. Ya existen dispositivos en el mercado que, en caso de recoger un producto equivocado, nos avisan de nuestra acción errónea, mediante una célula ubicada en el hueco incorrecto donde hemos introducido la mano. El concepto ‘poka-yoke’ ha quedado ‘redondeado’: nos dice qué ‘picar’ y dónde, no permitiéndonos hacerlo en otra ubicación.
Es buen consejo, extender de manera profusa en todas nuestras operaciones el concepto ‘poka-yoke’ como parte de la definición del ‘trabajo estándar’ de nuestra compañía. Con toda seguridad, nuestra productividad y eficiencia en las operaciones logísticas, nos lo agradecerán.