Podemos decir con seguridad que el trabajo en equipo forma parte de las actividades normales de todo tipo de organización. Muy pocas empresas dominan, sin embargo, las técnicas del trabajo en equipo, aquellas que consiguen sacar el mayor rendimiento posible a ese esfuerzo grupal.
En este artículo no hablaremos de esas técnicas, ya dimos buena cuenta de ellas. En este artículo ofrecemos diferentes perspectivas de trabajar en equipo, destacamos la importancia que tiene este propósito, y terminamos hablando del trabajo en equipo en las Organizaciones de Alto Rendimiento.
Desde una perspectiva antropológico-histórica, podemos decir que el ser humano desarrolló, en un momento dado de su evolución, las habilidades sociales suficientes para unir sus fuerzas y defenderse o incluso cazar animales de tamaño y fortaleza muy superior a cada individuo humano. Los vestigios encontrados en yacimientos y en dibujos demuestran que los seres humanos crearon aldeas, tribus y clanes, para buscar un objetivo común: la subsistencia.
Elementos relevantes de trabajar en equipo.
Los eslóganes o la sabiduría popular contemporáneos también nos recuerdan elementos relevantes de trabajar en equipo. Un par de ejemplos: “la unión hace la fuerza”, o “divide y vencerás”.
Desde un punto de vista más lúdico, sabemos que, en los deportes colectivos, como el fútbol, prima el funcionamiento del equipo por encima del individuo (descartamos hablar de las excelencias individuales de los Cristianos o los Messis de turno). Vemos con frecuencia como equipos, a priori modestos son capaces de vencer a equipos más poderosos. En este tipo de situaciones, generalmente, suelen combinarse bien la fuerza física y la fuerza intelectual, para conseguir esos resultados.
Trabajando en equipo se puede generar valor.
También en el mundo empresarial, la propia gestión ha evolucionado. Desde finales del siglo XIX hasta hoy, la incorporación del trabajo en equipo en las actividades cotidianas es una realidad. Sin embargo, como decíamos al comienzo, el resultado obtenido de estas actividades en equipo es muy dispar, algunos son muy positivas (generan valor), otras son inocuos y otros son desgraciadamente un desperdicio (Muda en japonés).
Unas de las actividades más relevantes en la historia de la gestión empresarial, relacionada con el hecho de trabajar en equipo, fueron los Círculos de Calidad, implementados en las empresas industriales japonesas de la posguerra. Se atribuye a Sr. Kaoru Ishikawa la creación de estas actividades que buscaban mejorar la calidad de los productos a través de la mejora de los procesos, mediando el análisis y la metodología en la resolución de problemas, trabajando con equipos multidisciplinares.
Hoy en día, cualquier empresa que busca la Excelencia o el Alto Rendimiento, incorpora muchas de las metodologías, conceptos y principios nacidas en aquellos Círculos de Calidad.
Deben existir objetivos claros para los equipos de trabajo.
Los Lean Assesments (evaluaciones orientadas al Lean) que realizamos con frecuencia en empresas, revela un dato muy inquietante, y es la gran cantidad de empresas que navegan sin rumbo, es decir que no tienen definida su visión a medio largo plazo.
Siempre me viene a la cabeza la misma pregunta: ¿cómo es posible dirigir una empresa si no se ha dibujado ese norte, ese punto donde fijarse a medio-largo plazo, ese sitio donde estaremos bien?
Si no existe ese punto de anclaje, ¿cómo podemos definir los objetivos de los equipos? ¿Para qué se juntarán? ¿Cuál será su propósito? La respuesta es muy clara: para resolver problemas que nos son importantes, problemas del corto plazo que dejan de lado los grandes problemas que, una vez resueltos, proporcionan grandes avances hacia la meta.
Eficiencia del Trabajo en Equipo.
Tener un propósito para trabajar en equipo, hace que éste sea eficiente, que trate los problemas con datos reales obtenidos desde el terreno (Gemba, en japonés), que busque diferentes alternativas (hipótesis) para la mejora, que abra la posibilidad de decir cosas aparentemente sin sentido, pero que pueden desencadenar en grandes soluciones, que se respete a las personas, que se esfuerce y que favorezca pertenencia y fidelidad al grupo y a la empresa.
Afortunadamente existen herramientas, como el Hoshin Kanri (dirigir con brújula, en japonés), que permiten ‘atravesar’ las organizaciones para conectar las estrategias empresariales con los objetivos grupales, e incluso los objetivos de desarrollo personales.
Los Equipos de Alto Rendimiento (EAR).
La máxima representación de trabajar en equipo se encuentra en las Organizaciones de Alto Rendimiento (HPO: High Performance Organizations) y más concretamente en los Equipo de Alto Rendimiento (EAR) a quienes tenemos el placer de ayudar desde Actio Consulting.
Los Equipos de Alto Rendimiento no se consiguen a través de la incorporación de grandes figuras de la gestión, sino a través del propio proceso de transformación a HPO.
La trasformación de una empresa a un estado HPO se consigue a través de una visión holística del negocio, del respeto de unos procesos y etapas definidos, pero también a través de la estructuración de equipos de trabajo muy bien diseñados, que buscan desarrollar líderes excelentes.
Algunas de las características de los Equipos de Alto Rendimiento son:
- Alto nivel de liderazgo
- Gran responsabilidad y compromiso hacia sus colaboradores
- Focalizados a la mejora continua y la innovación
- Orientación y trabajo a largo plazo
- Apertura y orientación a la acción
- Comunicación y toma de decisiones eficaz
- Control de los sistemas de reconocimiento y recompensa
- Gestión eficaz del Cambio e Innovación.