En una de las agendas de eventos que recibo periódicamente a través de Internet, he visto el anuncio de un curso de 5S, apostillado con el subtítulo «aplicación práctica». Mi curiosidad competidora (aunque comulgo con la idea de preocuparnos más por la incompetencia que por la competencia), me ha conducido a ver cómo estaba estructurado el citado seminario.
Cual ha sido mi sorpresa al ver el programa del curso, que paso a transcribir literalmente, en el apartado de las etapas de implantación:
– SEIRI: eliminación de cosas inútiles.
– SEITON: el orden, los métodos (cada cosa en su sitio).
– SEISSO: la inspección, el control.
– SEIKETSU: la limpieza.
– SHITSUKE: el mantenimiento del proceso. La disciplina, la educación.
Salta a la vista (francamente, me ha golpeado) que no aparezca por ninguna parte el concepto de la estandarización, tan fundamental como ineludible, para llevar a buen puerto un proyecto / programa de 5 S, eficiente y productivo.
Veamos qué ocurre con tipos de oferta como la comentada:
– Un tema menor, pero revelador del nivel. la palabra SEISSO realmente es SEISO. No vamos a entrar en disquisiciones idiomáticas, únicamente hay que beber de las fuentes reconocidas, que hay muchas y muy buenas.
– El concepto que nos presenta el seminario es el que en Crealor-Actio, denominamos el de las 3S, vulgo «zafarrancho de limpieza», tan al uso en muchas empresas, cuando se tienen visitas.
– El orden de los factores (las S) es incorrecto, puesto que la limpieza corresponde a la tercera S.
– La supuesta inspección y control, a través de la dinámicas de auditorías internas, forman parte de la 5ª S, la del mantenimiento del nivel 5S.
– Y como decía anteriormente, el ignorar la 4ª S real, la de estandarizar, que es la S más importante de todas, es un agujero clamoroso, que hace que en muchas empresas que han probado estos sucedáneos lamentables de 5S, se les haya caído el sistema y que rechacen nuevos proyectos 5S, «porque eso no funciona».
Como conclusión, atención a lo que (y a quien) compramos o a lo que hacemos. Con el disfraz de 5S (como tantas otras cosas), nos venden «motos» que no van ni para adelante ni para atrás, lo que lleva a perder el precioso y escaso tiempo del que disponemos, a tirar el dinero que nos hemos gastado en ello, a desmotivar a nuestra gente y lo que es peor a desprestigiar una herramienta que, por sencilla, es absolutamente esencial y necesaria para todas las empresas, en todos sus entornos, y pilar básico de cualquier programa de Mejora Continua.