Gracias a mi buen amigo Carlos Serrano, he tenido la oportunidad de conocer la empresa ‘BJ Adaptaciones’. En la misma se dedican a fabricar y distribuir productos y servicios para personas con discapacidad y para personas mayores, con la finalidad de mejorar, mediante la tecnología, la calidad de vida y la autonomía de esas personas.
La empresa fue fundada por los hermanos Romero Salord. Uno de ellos, concretamente Joaquín, es un ejemplo de visión de negocio, unida a una voluntad y una ilusión por ayudar a todas las personas discapacitadas, que tienen que luchar a diario con su problema.
En este caso, como en muchos otros, la tecnología ayuda de manera decidida a solventar los problemas que tenemos, pero el asunto que más me fascina es la capacidad de superación y de adaptación de esas personas.
Capacidad de adaptación
¿Qué lecciones podemos aprender de este fantástico ejemplo? Seguramente, muchas; pero entre ellas me quedo con el de la capacidad de adaptación que tenemos dentro de nosotros mismos. En mi modesto entender, esa capacidad de adaptación es una muy buena definición de lo que es la inteligencia.
La Mejora Continua busca constantemente cómo adaptar nuestra situación actual a una nueva posición que nos permita ser más competitivos:
- Adaptarnos a la situación económica del momento.
- Adaptarnos al mercado, a los clientes y a la demanda.
- Adaptarnos a los cambios de paradigma, ya sean tecnológicos o culturales.
- Adaptarnos a los cambios sociales, como pudiera ser el fenómeno de la inmigración.
La pregunta que debemos realizarnos es ¿nos adaptamos de manera adecuada a todo lo que tenemos delante? En función de la respuesta, así andaremos… Y recordemos: quien se adapta, sobrevive. Quien se ancla en su presente y en su pasado, pasa a mejor vida.
Para acabar, me gustaría dejar un nuevo ejemplo de adaptación (por lo tanto, de superación) a sus condiciones y al medio en que le ha tocado vivir, como lo es el de Juan Manuel Montilla, El Langui, cantante del grupo La Excepción y actor de éxito en su única película. Quien se adapta me merece todo mi respeto, me merece toda mi admiración.