Estamos teniendo la suerte de poder realizar diferentes actividades en empresas del sector Pharma, uno de los sectores que está haciendo grandes esfuerzos por aplicar la filosofía Lean en sus actividades.
La utilidad de los estandares
Cuál fue mi grata sorpresa, no por desconocimiento sino por no ser lo habitual en otros sectores o empresas, que en una de las actividades en las que participaba nos encontramos con que el problema no era que hubiera que estandarizar actividades de la operativa, sino más bien lo contrario, búsqueda casi exhaustiva de qué es lo que aún no lo estaba o qué faltaba por actualizar para hacerlo coincidir con la operativa real.
El otro factor significativo fue notar como los miembros del grupo veían la importancia de los estándares por lo que se respiraba la necesidad de tener estos documentos actualizados, ya no solamente por parte de los responsables jerárquicos o de departamentos técnicos sino por parte de los mismos operarios que los utilizaban en su día a día.
Trabajar sobre estos documentos lleva a plantear aquellos casos en que la operativa real se aleja del cumplimiento de los diferentes requisitos legales o normativos y aquellos otros casos en que es necesario modificar algunas de las condiciones, situaciones, equipos, etc. para poder cumplir con lo que realmente se quiere realizar. Revisar qué se requiere hacer, qué se hace realmente y qué necesitamos para adecuar ambas.
Sólo a modo de recordatorio, con los estándares se facilitan cosas como:
- repetibilidad de los procesos: parámetros, rango de los mismos, niveles de stock,…
- definición de rutinas de trabajo
- mejor planificación de las actividades
- criterio claro para ciertos temas
- reducción de los malentendidos entre áreas
- reducción del tiempo de formación
- apropiación y conocimiento real dentro de la propia empresa de los procesos y operaciones
- mantener las mejoras y cambios realizados para evitar volver a las situaciones de partida
En general, lo que se consigue es avanzar en la estabilización de nuestros procesos, que pasaría también por la organización de los puestos de trabajo, la reducción de averías y la reducción de los problemas de calidad.
Está claro que hay sectores con mayor exigencia que otros respecto a la obligación normativa de tener protocolarizadas sus actividades y que, como todo en otros casos, es necesario ir priorizando qué es y no necesario en cada momento, pero es absolutamente necesario disponer de estándares de nuestras actividades.