Una de las figuras clave que aparecen a la hora de implantar los sistemas de Mejora Continua es la figura del Responsable de Mejora Continua cuya función es la coordinación de las actividades de Mejora Continua, desarrollo y seguimiento de las mismas, la formación, la gestión de los indicadores y la promoción de nuevas actividades.
Esta figura empieza a ser habitual en las empresas, sobretodo en multinacionales que han desarrollado un sistema de Mejora Continua y la figura del responsable es uno de los requerimientos del propio sistema.
El perfil idóneo requiere de experiencia en Mejora Continua y en los porcesos de la empresa pero, sobretodo, es básico que su posición jerárquica le de la autonomía y recursos suficientes para una gestión transversal, independiente de los otros departamentos, por lo que nuestra recomendación sería que dependiera directamente de Dirección.
A diferencia de lo que se piensa en algunas empresas en que parece que la mejora es cosa de «aquel señor», el Responsable de Mejora Continua es un facilitador, realizando tareas de «consultor interno» de la empresa pero teniendo en cuenta que su función es apoyar la realización de actividades, dar soporte organizativo e incluso algunas formaciones pero, en ningún caso, deben ser los únicos responsables de la actividad. En cada actividad es necesaria la figura de un líder de la actividad que gozará, en caso necesario, del apoyo necesario por el Responsable de Mejora Continua.
Ante esta tesitura, el responsable de la empresa tiene la capacidad de decidir quién se hará cargo de esta tarea, su puesto dentro de la organización y sus atribuciones y responsabilidades. En este punto es cuando descubrimos el verdadero interés de la empresa, o sus responsables, por la Mejora Continua.
Algunas empresas tienen el perfil adecuado pero en otras encontramos que se ha colocado como Responsable de Mejora Continua al directivo al que no sabían donde colocar y que no tiene ningún tipo de iniciativa ni interés. En otros casos se ha colocado a un becario o ETT esperando que haga «el trabajo sucio» durante unos meses, quitándole toda la credibilidad a la figura.
Si queremos que la Mejora Continua se estructure y tenga continuidad, debemos disponer de un buen Responsable de Mejora Continua en nuestro staff con la autonomía y confianza suficientes por parte de Dirección General.

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