¿Se vende… empresa perfecta?

El anuncio del programa de Chicote, Pesadilla en la Cocina, para
este jueves sitúa al cocinero en un establecimiento donde, en un momento de
desesperación, y con idea de provocar a sus interlocutores, los propietarios y
empleados del negocio, les muestra un cartel de SE VENDE y les sugiere que
escriban un número de teléfono en el mismo porque lo único que les queda, su
única opción futura, es cerrar el negocio y vender.
Todo esto era el resultado de que no fuera posible arreglar nada,
de que nadie se planteara ni quisiera hacer cosas diferentes, cuando todo el
mundo considerase que es el resto de sus compañeros los que tienen que hacer
cosas diferentes.
En algunas empresas se puede encontrar una peligrosa situación que
las bloquea de cara a su potencial mejora y que se suele manifestar en
diferentes expresiones:
– Ya hemos mejorado mucho, si hubieras visto cómo estaba antes. 
– Siempre hay que mejorar. Frase que queda en el aire
políticamente correcta pero sin concretar nada, de hecho viene a decir algo así
como que es algo que se tiene en mente.
– Son otros (personas, áreas, departamentos,…) los que tienen
que mejorar.
– No se puede mejorar más, es propio del sector o de los productos con
los que se trabaja.
Todas estas expresiones, y algunas más que no aparecen, vienen a
trasmitir que, desde el punto de vista de la propia empresa, ya no existe o no
se percibe margen de mejora evidente y concreto, que la empresa ya es perfecta.
Añadido a lo anterior, existen factores externos a la propia
empresa en forma de mercados, clientes, competencia externa o competencia
dentro del grupo empresarial al que se pertenece, que van a exigir de manera
continuada mejoras en los procesos existentes de cara a ofrecer mejores
resultados al cliente en costes, calidad, plazo de entrega, frecuencia de
entrega, etc.
Por lo tanto, si la empresa considera que queda poco margen para
mejorar o directamente no lo hay, que ya es perfecta, difícilmente va a poder
adaptarse o, mejor todavía, va a poder adelantarse a las necesidades  que le vayan apareciendo, por lo que
ineludiblemente la empresa no tendrá mucho futuro. Ante la solicitud de nuevos
esfuerzos, sólo quedaría cerrar.
Todo el post es una exageración premeditada, una provocación, a
las empresas que, ya sólo por estar operativas, demuestran que se han realizado
muchos cambios y mejoras en el tiempo, pero que deben estar receptivas a buscar
constantemente qué más mejorar y hacerlo de manera continuada.
Y esta mejora a conseguir se debe concretar, se debe formalizar,
en un plan de mejora de actividades y acciones enfocadas a aspectos concretos a
atacar, de desarrollo del personal y de los equipos de trabajo que forman parte
de la empresa así como de la propia organización.
Cuando tengamos  la sensación
de que queda poco por mejorar, renovemos los esfuerzos para descubrir nuevas
posibilidades de mejora, nueva maneras de hacer las cosas, que permitan seguir
avanzando en la competitividad de la empresa.

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