¿Senda del éxito?

camino al éxito

Mejora continua dentro de una organización

Esta semana dedicaremos el post a hablar del despliegue de la mejora continua dentro de una organización.

Como ya sabréis, los inicios siempre son duros y conseguir cambiar cuesta a todos, pero siempre hay alguien con suficiente carisma y carácter para tomar las riendas de la senda del cambio.

Si bien es cierto que en muchas ocasiones tenemos claro lo que queremos, o más bien dicho, dónde queremos llegar, en la mayoría de ellas no sabemos por dónde empezar ni cuál debe ser el primer paso para lograr nuestro objetivo.

Pongamos por ejemplo que te marcas por objetivo hacer una Maratón (para los no entendidos, una carrera de 42 km y 195 m) en 2 años y en estos momentos no éstas en las condiciones físicas necesarias para asumir dicha prueba. Lo que harás para llegar a tu objetivo es programar  una serie de entrenamientos (incrementando su dificultad con el tiempo) y definirás unas dietas alimenticias que te permitirán mejorar tu condición física.

Con esta planificación, intentarás conseguir las condiciones físicas necesarias para cubrir los 42km y 195m de una manera satisfactoria.

Esta planificación que nos permite llegar al objetivo deseado podemos transmitirla a una hoja de ruta en la que se visualicen los ejercicios que debemos hacer, la dificultad que debemos cumplir y las dietas que debemos seguir en un espacio de tiempo.

Pues bien, este ejemplo, es el que debemos transmitir a cualquier proyecto de cambio en nuestros procesos y el camino a seguir se debe traducir en el “Roadmap” o la “Hoja de ruta”.

El Roadmap

El Roadmap no es más que la herramienta que traduce el camino a seguir para convertir la situación inicial en el objetivo deseado. El roadmap nos debe ayudar a traducir esas necesidades estratégicas en operativas y a comunicar a nuestros equipos lo que se hará y cuando se hará.

Una vez arrancado el proceso de cambio, es preciso establecer reuniones periódicas para validar que seguimos trabajando según la hoja de ruta marcada inicialmente y que los objetivos se están cumpliendo según lo previsto.

Si bien es cierto que el roadmap debemos seguirlo sin salirnos de la ruta planificada, esto no significa que a mitad del camino no podamos modificarlo si vemos que no se consiguen los objetivos previstos. Éste es una herramienta estratégica que nos marca el camino pero no nos encorseta in eternum en él.

Por otro lado, es un error habitual en las organizaciones, dedicar tiempo y recursos a realizar formaciones de mejora y excelencia operacional pero que después no tienen una hoja de ruta clara de mejora. Esto es un derroche ya que las personas formadas mejoran partes de proceso de manera inconexa.

La clave es formar a nuestros equipos en excelencia operacional y paralelamente tener definida la hoja de ruta, hecho que nos permite conectar el depliegue formativo con el despliegue estratégico de mejora y seguir, de este modo, un roadmap de mejora.

Manos a la obra! Formación y roadmap para la OPEX.

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