¿Simply is the best?

Simplemente el mejor
Yes, of course !!!

La semana pasada, tuve la oportunidad de ser telespectador de un magnífico partido de fútbol. Se jugó en el ‘templo’ de Anfield y tuvo un claro protagonista, el Liverpool Football Club.

Pero no es mi intención hacer una crítica deportiva del mismo, no es el lugar, sino extraer conclusiones de diversas actividades vistas en ese ‘match’ y compararlas con algunas que debiéramos tener en las empresas. El Liverpool FC fue una auténtica máquina ‘lean’ de hacer buen fútbol.

El Liverpool FC jugó con una sencillez aplastante, basando su actividad en determinadas cuestiones fundamentales:

  1. Un trabajo táctico milimétrico (la P del ciclo PDCA). Todos los jugadores sabían qué y cómo tenían que actuar, en todo momento. Ocuparon el terreno con precisión y se apoyaron constantemente entre los miembros del equipo. Mención merece el grandioso Mascherano.
    1. En las empresas tendría que ser muy evidente que el equipo lo configuran personas, que precisan de un proceso donde desarrollar su talento. A mejor proceso, mejores personas y, finalmente, mejores resultados, por supuesto.
    2. Los ‘lay-out’ de nuestras empresas debieran semejarse al diseño táctico llevado a cabo por Rafa Benítez: todo estaba en su sitio, con el objetivo de fluir hacia adelante, hacia la portería contraria.
  2.  La determinación de su actitud en la acción, de cómo lo llevaron a cabo (una parte de la D del ciclo PDCA), sólo puede venir dada por el compromiso y la motivación con la ‘empresa’ que les ocupaba: colarse en los cuartos de la Champions League. Tenían claro lo que se jugaban y salieron a por todas.
    1. El proceso es esencial, como dijimos anteriormente, pero en el terreno de juego, en el ‘gemba’, hacen falta personas comprometidas con el reto que tenemos por delante. Cada una de ellas con sus peculiaridades, habilidades, talante y talento.
    2. Para convencer a nuestro equipo, debe existir una corriente de comunicación fluida, con una retroalimentación continua de los pensamientos y las creencias que tengamos al respecto del tema que nos ocupe. La participación es vital.
  3. La depurada técnica utilizada (la otra parte de la D, del PDCA), definida en jugadas de ‘alto standing’, como el primer regate de Fernando ‘The Kid’ Torres, en la primera jugada del partido, rememorando una joya de regate del gran carioca Romario, hace unos años, o el remate del tercer gol del inconmensurable Steven Gerrard, prodigio de todo.
    1. En las empresas necesitamos practicar y practicar el conocimiento. Hay que entrenar en todas las habilidades técnicas y de gestión que nos hagan falta. Hasta la saciedad. Sobre el terreno, para poder triunfar en aquellas actividades que nos sean necesarias para competir en el mercado.
    2. Y pasar a la acción de inmediato, una vez tengamos asentados los diferentes conceptos a aplicar e implantar.
  4. La consecución del resultado, es el mejor argumento de comprobación (la C del ciclo PDCA). Cuando se trabaja bien, se acaba por vencer el reto que teníamos al inicio.
    1. En las empresas debemos refrendar todas las actividades que hagamos con los resultados conseguidos. El efecto de demostración de la tarea realizada es palmario para con todo el mundo, desde arriba hasta abajo del organigrama.

La A final del PDCA se la dejaremos a Rafa Benítez y sus muchachos. Semejante despliegue de fluidez, exención de ‘muda’, trabajo en equipo y resultados tangibles, es dificilmente superable. Aún así, con el propósito y el convencimiento con que han actuado, estoy seguro que el Liverpool FC nos deparará otras grandes tardes de fútbol. Esperemos que todos hayamos visto un paradigma de actuación que nos permita emular, siquiera en una pequeña porción, a este gran equipo.

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