Como comentaba Jose Antonio en su post de la semana pasada, llevamos una buena temporada en la que vamos teniendo conocimiento de diferentes incidencias relacionadas con la compañía Ryanair. También empieza a ser costumbre que su Director, el Sr. Michael O’Leary, aparezca en los medios explicando su versión de la situación.
En una de sus argumentaciones sobre el poco combustible en los depósitos de los aviones, supuestamente debido a la política de la empresa de ahorro de costes a través de la reducción del peso transportado, que ejecutaban los pilotos, el señor O’Leary planteó una frase que sirve como inspiración al post y que venía a decir algo así como que: “Los pilotos no gestionan costes”.
Gestión de costes a cargo de empleados
Su argumento es que la carga de combustible no la decidían los pilotos por lo que “su ahorro” venía dado por la empresa y no por los pilotos, como si ellos no afectaran sobre este coste. En función de la disponibilidad de combustible, los pilotos tienen capacidad y posibilidades de reacción de cara a gestionar velocidades, opciones en la gestión del aterrizaje, gestión de incidencias, etc. por lo que, en caso de reducirlo significativamente, la cantidad necesaria para cada piloto y situación podría variar y eso provocaría que, en algunos casos, sucediran situaciones de emergencia en los aterrizajes.
Mi punto de vista es claramente contrario, todos los trabajadores de una empresa, todos, dentro de su ámbito de actuación están gestionando una serie de costes. Su actividad diaria, estandarizada o no, genera y acumula costes continuamente y, como es de imaginar, cuando mejores y mejor estén definidos los procesos, cuanta más visión global se tenga y más conscientes sean los trabajadores menos costes se generarán.
Podemos pensar en la gestión de ciertos costes.
Equipos e instalaciones:
- costes de paradas, costes energéticos, averías, costes de reparación, durabilidad, costes de recambios, etc. se ven modificados por cómo se gestiona el día a día por parte de sus usuarios.
- En muchos casos, este coste nos marca el coste de producción del producto.
Mermas:
- cuánto se pierde en el proceso, dónde, porqué,… viene muy definido por la gestión del personal.
- Cuanto mejor sea su gestión y su participación en la minimización, acondicionamiento y reaprovechamiento de las mismas menos pérdidas tendremos.
Reclamaciones:
- una correcta o no gestión del proceso puede provocar importantes impactos en el cliente provocando tanto una pérdida de confianza del cliente que se puede traducir en sanciones (multas) o en la pérdida de ventas con el mismo.
Podríamos seguir relatando todos los costes de la empresa y veríamos que la correcta gestión de nuestro personal ayuda a que éstos se reduzcan o se controlen.
Por supuesto, no todo es responsabilidad de los empleados sino que debe pasar por una revisión y optimización de todos los procesos para llegar a una estandarización de los mismos que provea a los empleados de una sistemática y medios para conseguir realizar sus actividades de una manera sencilla y que repercuta en los menores costes (razonablemente) posibles para la empresa.